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EL LENGUAJE DE LOS VINCULOS

De la independencia absoluta a la autonomía relativa

Denise Najmanovich

 

Crisis, Cambio y Caos son tres términos que se escuchan cada vez con mayor frecuencia. La economía está en crisis, la educación lo está y los valores también. Sin embargo, podemos preguntarnos si lo que está en crisis son las cosas en sí mismas o nuestra manera de apreciarlas. La concepción clásica del conocimiento y sus modos de producción y gestión asociados ponen el acento en la "objetividad" de los problemas. Desde otras perpectivas más contemporáneas, los problemas emergen en la interacción del sujeto con el mundo, se constituyen desde una determinada concepción, cobran valores distintos desde diversos puntos de vista.

Nuestra cultura parece haber llegado a un callejón sin salida: las viejas recetas destinadas a curar todos los males sólo nos empeoran. Frente a esta situación, se hace cada vez más imprescindible reflexionar sobre los caminos que nos han llevado hasta aquí y atrevernos a generar nuevos rumbos hacia parajes hoy desconocidos. Desde luego que semejante alternativa produce vértigo, el miedo de nuestra civilización a lo desconocido es ancestral. Sin embargo las rutas habituales nos han llevado al borde del abismo, todas las alternativas son riesgosas, aún la inmovilidad.

La civilización que creyó en las certezas definitivas, en el conocimiento absoluto y el progreso permanente ha comenzado a derrumbarse y están abriéndose paso nuevos modos de pensar y vivir en el mundo. De concebir el universo como un Cosmos Mecánico estamos pasando a una concepción de islas de estabilidad en un mar de Caos. De afirmar la posibilidad de un conocimiento absoluto, verdadero, objetivo y universal pasamos a afirmar el perspectivismo, la no separabilidad absoluta del observador y lo observado, la íntima ligazón entre la teoría, la acción, la emoción y los valores. De un mundo en que las ciencias y la humanidades estaban separadas en dos culturas radicalmente distintas estamos empezando a recorrer un camino hacia una ciencia que se piense a sí misma como una "mirada poética de la naturaleza" (1) y unas artes que no dudan en proponerse como modos de conocimiento.

La crisis actual no se caracteriza sólo por la emergencia de nuevos paradigmas en la ciencia o por la revolución tecnológica permanente. Los cambios en nuestra forma de concebir la relación humano-mundo son el 'sistema nervioso central'  de las transformaciones de este fin de la modernidad (2). El recorrido de este trabajo, que parte del nacimiento de la edad modena hasta llegar al punto de bifurcación cerca del cual nos encontramos, ha sido pensado de tal manera que nos permita una exploración de los supuestos fundamentales que conformaron la nervadura de nuestra forma de pensar sobre nosotros mismos y nuestro conocimiento y  -a la vez- analizar las concepciones del mundo de la modernidad y de los nuevos paradigmas emergentes. Este doble juego responde al objetivo de poner en marcha un modelo ecológico del conocimiento, que nos permita abrir las puertas al mundo de la complejidad y hacer algunas exploraciones preliminares de las redes multidimensionales que se abren al pensamiento en el mundo contemporáneo. Propongo empezar el viaje con un verso de Caetano Veloso: Navegar es preciso, vivir no es preciso.

 

El nacimiento de la experiencia moderna

 

La idea de que existe un método que nos permite eliminar el error y la confusión y acceder al reino de la verdad, es connatural con la modernidad. Descartes (1596-1650) es su padre, y esta historia comienza cuando el genial filósofo francés decidió recorrer metódicamente el camino de la duda para arribar -paradojicamente- a la certeza. Atónito frente al estruendo que produjo el universo aritotélico-tomista al derrumbarse, se propuso encontrar unos cimientos firmes que pudieran garantizar que el edificio del conocimiento no caería nuevamente. La certeza que Descartes buscaba debía ser absoluta y contar con un fundamento indubitable. De este modo la filosofía cartesiana instauró un modo específico de relación del hombre como sujeto y el mundo como objeto que ya había comenzado a desarrollarse en el renacimiento. La noción de sujeto racional capaz de conocer la naturaleza como " lo otro de si" y elaborar una imagen o representación de la misma; nacen con la modernidad y se incluyen en  una constelación conceptual constituida a su vez por las nociones de fundamento último, realdad única y verdad absoluta.

El conocimiento matemático es el modelo ejemplar, el horizonte de sentido que guía a los pensadores en el camino de la construcción del espíritu moderno.  Galileo (1564-1642) fué uno de los más populares divulgadores de esta "nueva sensibilidad". Éste le otorga una alta prioridad  a la teoría, a los principios y a las demostraciones matemáticas. Su concepción de la experiencia es mucho mas amplia que el estrecho concepto de  experimentación de laboratorio -al que desde luego incluye-, abarca además los experimentos mentales y todo tipo de  idealizaciones construidas en el marco (3) de un sistema teórico global[1] . Galileo, nos dice Feyerabend, ni rechazó la experiencia ni confió en ella con exclusión de todo lo demás, sino que la transformó de modo que los objetos de pensamiento se hicieron perceptibles. Esta tralización a fondo de la matemática como herramienta de interpretación; por eso su construcción de la experiencia es más sofisticada que la aristotélica ya que estaba mas alejada del sentido común (4), pués elimina la enorme diversidad cualitativa que percibimos y reduce la experiencia a  términos puramente cuantitativos.  (5) En palabras de Galileo:

 

"La filosofía está escrita es ese grandioso libro que está continuamente abierto ante nuestros ojos ( lo llamo universo ). Pero no se puede descifrar si antes no se comprende el lenguaje y se conocen los caracteres en que está escrito. Está escrito en lenguaje matemático, siendo los caracteres triangulos, círculos y figuras geométricas. Sin estos medios es humanamente imposible comprender una palabra; sin ellos, deambulamos vanamente por un oscuro laberinto." (Il Saggiatore, Galileo Galilei)

 

Ahora bien, ¿era Galileo un extraterrestre, un ser absolutamente diferente a sus contemporáneos, o esta prioridad de lo cuantitativo era -por el contrario- un elemento fundamental del la sociedad en que vivía ? Si la respuesta es afirmativa ¿ qué  originó (6) este cambió radical en la sensibilidad, la cognición y la relación del hombre medieval con el mundo ? ¿ Fue el renacimiento  el principio de una nueva era, a partir de los cambios ocurridos en el imaginario social de la alta edad media, o el resultado de un rayo divino que cayó del cielo para iluminar a una sociedad esencialmente estúpida ? Paul Benoit y otros historiadores de la ciencia, entre los que se destacan Michel Serres y P. Thuillier, plantean que el privilegio concedido a lo cuantitativo se relaciona estrechamente con el nuevo modus vivendi que se produce  con el resurgimiento de la vida en las ciudades, el desarrollo del comercio y las actividades mercantiles y con ellos el intercambio con otras civilizaciones y otros mundos conceptuales. En estas condiciones se fueron generando nuevas clases de  hombres y de instrumentos tecnológicos, artísticos y sociales, que vehiculizan las relaciones del sujeto  con el mundo. En particular se destaca la revalorización de los clásicos griegos, su difusión gracias a la imprenta (7), la influencia de la culturas orientales especialmente la árabe que había conservado y traducido los clásicos griegos y que había prestado especial atención a la ciencia, tanto a la matemática como a la biología y la había enriquecido con otros aportes entre los que se destaca el sistema de numeración hindú que incluía al cero y la notación posicional  que le otorgaba grandes ventaja operativas, que fueron rápidamente aprovechadas por la nueva clase mercantil. Los viajes y las reorganizaciones políticas, abrieron la puerta a nuevos mundos, desde la conquista de América hasta la re-configuración del mapa político europeo, en permanente modificación. Las viejas certezas comenzaron a tambalear, pero su caída y reemplazo por una nueva cosmovisión duró varios siglos, durante los cuales se produjeron transformaciones radicales  en las artes, la filosofía y la religión ligadas siempre al nuevo modo de viva de las ciudades y a la concepción mercantil del intercambio. B. Rotman plantea que la disrupción y la desintegración moral inherente al ascenso del capitalismo y su mercantilización de la realidad social, su capacidad para desestimar los sentimientos de camaradería y reducir la interacción de los seres humanos a intercambio fijado en dinero y poder, es el tema central de la obra de Shakespeare Rey Lear. El gran dramaturgo inglés nos muestra cómo hasta el amor es mercantilizado, evaluado cuantitativamente, Dice el Rey Lear a sus hijas

 

"¿Cuál de vosotras, decidme, nos ama más? Que nuestra mayor largueza se extienda sobre aquella cuyos sentimientos naturales merezcan mayor galardón".

 

Esto es sin duda un exquisito ejemplo de la lógica del "toma y daca" típica del mercantilismo aplicada a los afectos y relaciones personales. Las dos hijas mayores de Lear complacen al padre con inflados discursos henchidos de bellas palabras (que parecen ser la nueva forma de cuantificar el cariño). Cordelia, en cambio, cuando su padre la incita a la compentencia, siente que ante  esa pregunta -que a su juicio carece de sentido-, sólo puede callar, pués no concibe al amor como un objeto medible. El díalogo de la hija menor con el rey es el siguiente:

 

" -Rey Lear.-qué puedes decir que merezca un tercio más rico que el de tus hermanas ? Habla !

Cordelia.- Nada, monsenór.

Lear.- ¿Nada?

Cordelia.- Nada.

Lear.- De nada no vendrá nada; habla de nuevo.

Cordelia.- Infeliz de mí, que no puedo llevar dentro de mis labios el corazón ! Amo a Vuestra majestad conforme a mi deber; ni más ni menos.

Lear.- Cómo, cómo, Cordelia ! Enmendad un poco vuestra palabras, si no queréis dañar vuestros intereses."

 

Unos siglos antes, en la época de Dante Alighieri (1265-1321) esa concepción del amor no había nacido. El lenguaje de los vínculos era totalmente distinto.  Dante, en la Divina Comedia, habla del afecto en términos que hoy, después de varios siglos de mercantilización de la vida, nos resultan extraños:

 

" la virtud formativa - el alma- irradia en torno, como cuando vive en los miembros; y como el aire, cuando está nebuloso, por el rayo ajeno - del sol- que en él refleja, de diverso color se muestra ornado, así el aire vecino toma la forma que le imprime,  virtualmente el alma que se detuvo aquí; y semejante pués a la llama que sigue al  fuego dondequiera se traslada, sigue el espíritu su forma nueva. Y porque a esto debe su apariencia, se le llama sombra; y así organiza pués cada sentido, hasta la vista. De aquí que hablemos y de aquí que riamos, de aquí que lancemos las lágrimas y los suspiros que por el monte habréis sentido. Según nos afecten los deseos y los demás afectos, la sombra toma sus formas; y esta es la razón de lo que admiras "

 

Sin embargo en su obra, de claro espíritu medieval, ya aparecen elementos que pre-figuran un cambio de sensibilidad, por ejemplo respecto de lo temporal. El viaje del Dante va siendo rigurosamente cronometrado, lo que sugiere ya una transformación sutil pero fundamental, pués aunque los afectos no son aún concebidos con metáforas mercantiles, la sóla presencia del tiempo medible, del reloj nos muestra cómo empieza a infiltrarse una nueva forma de relación del hombre con el mundo (8). El derrotero de Dante ha sido fechado por la mayoría de los estudiosos en el año 1300, casi en los últimos suspiros del siglo XIII.  En  los dos siglos siguientes las artes plásticas pasarán de  ser consideradas  una actividad manual inferior, a adquirir la categoría de conocimiento exacto y reproducción rigurosa de la realidad. La literatura seguirá en cambio navegando en los mares de la fantasía (9), ajena a los nuevos aires pletóricos de una vocación por  re-presentar de la naturaleza de una manera exacta  . En 1434 L. B. Alberti en su " Tratado de la Pintura " expone claramente la nueva sensibilidad, ligada a una escala de valores naciente y a comportamientos sociales que conformarán luego el espíritu moderno, pero que comienza a tomar forma en el cuatroccento:

 

"Deseo que el pintor sea el hombre bueno y docto de las bellas artes..., deseo que adquiera la mayor sabiduría posible en todas las artes liberales, pero ante todo quiero que aprenda geometría"

 

Puede pensarse que la mercantilización progresiva de todas las relaciones, junto al desarrollo de técnicas de medición y cálculo asociadas a este fenómeno, está en la base de una transformación de la sensibilidad artística. Pero tambíen es verosimil considerar que los artistas pre-figuraron a través de sus obras y el desarrollo de sus propias técnicas, como la invención de la perspectiva en la pintura y los primeros instrumentos de medición exacta del tiempo, lo que luego la filosofía y la ciencia naciente explicitarían y profundizarían. En cualquier caso, no estoy hablando de condiciones ni necesarias ni suficientes, ya que no pretendo dar una explicación causal del origen de la modernidad sino historizarla, es decir proponer un sentido posible y verosimil para nuestra cultura (10).

Uno de los aspectos fundamentales para entender  el paso del medioevo a la modernidad es,  desde mi perspectiva, el de comprender la prioridad concedida a la cuantificación. He intentado explicitar cómo la mercantilización de las relaciones que permitió la emergencia de la pregunta ¿ cuánto me querés ? del Rey Lear a sus hijas, y he planteado que esa forma de ver el mundo y de formularse preguntas acerca de él era inexistente en la mentalidad medieval. (11). Una nueva sensibilidad, se va expandiendo en las ciudades, donde comienzan a gestarse nuevas formas de interacción humana desconocidas en la baja edad media, aparecen los distintos gremios con sus propios estilos cognitivos y nuevas formas de relación social. En este nuevo espacio vivencial que es la ciudad, surgen otros diálogos del hombre con el mundo. Los pintores comienzan a desarrollar una técnica de estandarización de sus obras basada en fundamentos geométricos y transmitiéndola a sus discipulos a través de una nueva forma de organización propia de la ciudad: los gremios. Los músicos tuvieron una influencia muy importante en el cambio de la concepción temporal debido a su interés en la producción de instrumentos de precisión para medir intervalos cortos de tiempo, necesaria para la composición de música polifónica. Al respecto nos dice el historiador G. Szamosi:.

 

" El tiempo métrico se inventó mediante la teoría y la práctica de una forma musical exclusiva de occidente: la música polifónica y su notación (12) (...) Lo que las sociedades humanas necesitaron desde un principio fue seguir la marcha del tiempo, que no tiene nada que ver con medir el tiempo, aunque a veces se confundan ambas. Seguir la marcha del tiempo significa que hay que adaptarse a las fases de un cambio periódico del medio. Para ello todas las civilizaciones construyeron relojes y calendarios, pero los utilizaban más o menos como los relojes biológicos. (...) Reflejaban el mundo natural y permitían que la sociedad estuviese preparada ante sucesos futuros predecibles, pero no medían el tiempo" (G. Szamosi, 1986).

 

Galileo, en el campo  de la filosofía natural (puesto que la ciencia y la filosofía aún no era concebidas como compartimentos estancos ), también destacó el rol del tiempo y lo tomó como una magnitud fundamental para analizar el movimiento. Sus estudios sobre la caida de los cuerpos,  la trayectoria de los proyectiles y el movimiento y rotación de la tierra suelen citarse como hitos fundamentales del nacimiento de una nueva ciencia, a la que hoy llamamos Física clásica. Uno de los principales aportes de Galileo para apoyar la teoría copernicana del movimiento de la tierra, fué su original solución de lo que se conocía con el nombre de: "El argumento de la Torre". Este planteaba que si se arroja un objeto desde una torre en línea recta hacia el suelo y éste tarda unos segundos en descender, en ese tiempo -por ejemplo 4 segundos-, la tierra se habrá desplazado del punto desde donde se arrojó el objeto unos 1800 metros. No obstante el objeto no cae casi a 2 Km del punto original: lo hace muy cerca de él, a los pies de la torre. Este argumento muestra que la tierra no se ha movido, desde la perspectiva aristotélica. La argumentación es impecable y no contiene fallas lógicas, ni empíricas ¿ cómo refutarla entonces ? Galileo planteó otra forma de concebir las cosas, ligadas también a la experiencia y lógicamente impecable, que si bien no falsaba el argumento de la torre abría la puerta para otras interpretaciones y por lo tanto otros mundos (13). Lo que dijo es por demás sencillo,  en términos actuales podría presentarse así: cuando un un pasajero dentro de un vagón de tren que está en movimiento deja caer un atado de cigarrillos  desde una cierta altura, este cae a los piés de quien lo soltó y no a varios metros de distancia del fumador. Sin embargo respecto del suelo terrestre, el paquete sí ha quedado a muchos metros del lugar donde fué soltado. Nosotros creemos que el paquete cayó en línea recta porque nuestra percepción visual así lo indica, pero la sofisticada interpretación galileana de la experiencia nos propone pensar el movimiento del paquete como una parábola que surge de la composición de dos movimientos, uno vertical debido a la gravedad y otro horizontal en la dirección en que se desplaza el tren, debido a que el atado de cigarrillos conservó el movimiento del ferrocarril (esto es precisamente lo que vería un observador desde la tierra firme, si tuviera los instrumentos adecuados ).

La genialidad de Galileo radica en la forma novedosa en que encara los problemas, lejos de aferrarse a las observaciones, las incluye dentro de marcos conceptuales nuevos, producto de su brillante imaginación y expresados en modelos matemáticos de gran simplicidad y rigurosidad. El gran historiador de la ciencia B. Cohen nos dice al respecto:

 

" Para apreciar cabalmente  la índole de los descubrimientos Galileanos, debemos comprender la importancia del pensamiento abstracto y del uso que le dio Galileo como herramienta que, en su  refinamiento final, constituyó un instrumento mucho más revolucionario que el telescopio. Demostró cómo puede relacionarse la abstracción con el mundo de la experiencia, cómo del pensar sobre la " naturaleza de las cosas ", es posible deducir leyes relacionadas con la observación directa.  (B. Cohen, 1961)

 

Galileo estableció el primer principio relativista del movimiento. Siempre debemos establecer cuál es el marco de referencia que vamos a utilizar, para poder decir si algo se ha movido o no, sin dar lugar a la formación de paradojas . Generalmente esto no suele ser necesario porque en la cultura suelen existir acuerdos tácitos respecto de los márcos de referencia. Los hombres solo pueden contentarse con el establecimiento de un tiempo y un espacio relativos, es decir, convencionales, producto del acuerdo entre sujetos sobre una base arbitraria. Sin embargo, al definir una unidad y una escala, al construir instrumentos de medida en base a ellos, al acostumbrarse la sociedad a estos procedimientos y olvidar su origen, su artificialidad, su convencionalidad, se producirá en las generaciones siguientes la ilusión de una medida ABSOLUTA y EXACTA, .  

El  éxito de la físicia newtoniana colaboró especialmente  para que los hombres de los siglos XVIII y XIX se forjaran esta ilusión de un conocimiento absoluto, universal, eterno y completo del universo. Sin embargo, aunque las ideas de Newton sobre el tiempo y el espacio absoluto  son  hipótesis necesarias para hacer inteligible su teoría, el gran maestro de la física clásica tenía muy claro la imposibilidad de obtener una medida de estos parámetros absolutos, ya que por obra y gracia de su propia definición, son independientes de nosotros y por lo tanto no podemos tener contacto con ellos. Sólo podemos hacer mediciones en base a escalas definidas arbitrariamente, pero sobre las que nos ponemos de acuerdo en que serán tomadas como las bases de la medición (14). Una vez fijada una a escala y aceptada por la sociedad, su caracter convencional se olvida. Su origen se borra y el proceso se naturaliza. Raramente alguien se pregunta cosas como ¿ a quién llama la señorita de la hora para preguntarle "que hora es" ? o ¿ con qué midieron el "metro patrón " los expertos parisinos ?

En la medida en que los procesos de cuantificación, con sus instrumentos matemáticos como la geometría analítica de Descartes y el cálculo diferencial-integral de Newton y Leibnitz por un lado y sus aparatos tecnológicos como el reloj y los patrones de medida, se fueron haciendo más y más comunes, su presencia permanente los volvió naturales para el hombre moderno. Procedimientos y preguntas que a Aristóteles y a los hombres medievales les hubieran resultado  absurdos y poco interesantes, emergieron en el nuevo ambiente social pos-renancentista y moderno como prioritarios y luego obvios y naturales (15). Los griegos tenían una noción de medida interna, es decir una relación armónica propia de la naruraleza de las cosas. Esta concepción se expresó claramente en la idea hipocrática de salud como equilibrio armónico y en que el término latino "mederi" que significa " curar" (raiz de la  moderna medicina) se basara en una raiz que significa medir. Sin embargo, esa medida interna no podía ser expresada en términos cuantitativos, sino que era reconocida y apreciada por la belleza, salud o armonía del objeto, persona o sociedad de que se tratara. En cambio, a la modelización matemática del mundo, basada en la relevancia otorgada a los procedimientos de cuantificación exacta y rigurosa de la nueva mentalidad mercantil, priviegió la comparación con un patrón externo y al proceso se le otorgó el pomposo nombre de procedimiento objetivo. Las nociones abstractas de tiempo y espacio se "naturalizaron" merced a nuevos modos de representación y se volvieron objetivas para todos aquellos que no conocían su origen. Nótese que digo que "se volvieron objetivas" y no que "son objetivas". A diferencia de los epistemólogos clásicos cuyas concepciones  son fundamentalmente atemporales, me propongo historizar para comprender y, desde esta perspectiva, lo que ellos pensaban como conocimiento objetivo, y por lo tanto absoluto y eterno, es concebido por mí como Objetivado por una cultura en un contexto social específico. Lo que la epistemología clásica llamaba "conocimiento objetivo" no es más que el producto de un proceso histórico de estandarización perceptual y cognitiva. Así, el tiempo, el espacio, la masa, todos esos términos  que  hoy imaginamos que re-presentan entidades eminentemente concretas , no son más que una compleja construcción mental absolutamente abstracta, cuya única "concretud" reside en que estamos acostumbrados a los relojes, los metros y las balanzas y hemos olvidado su origen.  La Modernidad, fijó las coordenadas (16), para concebir lo  posible y lo relevante, priorizó lo cuantitativo y construyó los instrumentos de medida, estableció procedimientos canónicos para hacer las cosas tanto en la ciencia como en algunas disciplinas artísticas, en particular la pintura. El realismo, es fruto de la estandarización. En la pintura, la perspectiva fué el modo de presentar visualmente esa nueva sensibilidad moderna. El pintor renacentista, lleva la geometrización del espacio al arte, pinta como si estuviera viendo al mundo desde una ventana abierta, pero él mismo no está allí, se halla más atrás, fuera  del espacio de representación, ajeno e independiente a esa realidad creando la ilusión de que es capaz de re-presentar la realidad "tal cuál es". Sin embargo, ese pintor está estático y con un ojo cerrado, haciendo un recorte de su mundo perceptual para presentarlo estandarizadamente en una tela, gracias a las reglas geométricas de la perspectiva . Para la física clásica el sistema de coordenadas tridimensional es LA REPRESENTACION del espacio (17), correspondiente a la geometría euclidiana. El espacio abstracto del cuadro era, desde esta concepción, capaz de contener cualquier "realidad" mientras se sigan las leyes de construcción perspectivista. Las enseñanzas de Euclides establecían cómo era el espacio -en esa época nadie soñaba en que pudiera haber más de una geometría- y la pintura lo re-presentaba. El físico y el pintor consideraban  que estaban separados del mundo que plasmaban en sus obras. EL mundo era para ellos anterior e independiente de la representación humana, por lo tanto la física y la pintura eran un "espejo de la naturaleza". EL sujeto, al que Descartes había dado nacimiento en sus  meditaciones filosóficas no encuentra lugar alguno en el mundo de la modernidad, de él sólo se espera que sea objetivo, que observe el mundo desde afuera de si mismo,  que cumpla las reglas, que se comporte como " se debe ", en fin que trate ... de no ser subjetivo. Tamaña proeza se logrará mediante una educación uniforme (18), en relación directa con la emergencia de un "sujeto arquetípico": El normal. Paradójicamente el sujeto de la modernidad, el que cree tener un punto de vista semejante a la perspectiva de Dios, es decir externo al mundo, absoluto y universal,  aquel que se separa de la naturaleza para dominarla, aquel que hace del saber un poder, ese sujeto cartesiano no puede dar cuenta de sí mismo, está fuera del cuadro del universo, como el pintor de la perspectiva. La suposición de un  conocimiento objetivo, eliminó la subjetividad del sujeto como algo digno de ser tenido en cuenta por la ciencia o por la sociedad. Las emociones. las pasiones y  la imaginación debían ser dominadas al igual que la naturaleza. El sujeto del universo reloj es él mismo un autómata capaz de objetivar, un puesto de trabajo en la línea de producción (19). Así, la serpiente se comió la cola, el cuadro del universo no incluyó a su creador, el sujeto sólo tenía la libertad de seguir las reglas, de adecuarse al ideal de ser cada vez  más una mente pura que refleja el mundo externo y es capaz de manipularlo a su antojo... sólo que no puede dar cuenta de su antojo y que él mismo puede ser manejado como un objeto cualquiera.

 

La concepción moderna del mundo

 

La modernidad generó un estilo narrativo aséptico, en una tercera persona genérica e incorpórea. Desde el magnífico estilo de Galileo, vivaz y lleno de colorido, digno del gran publicitario que fue y de la convincente prosa de Descartes (20), pasamos a una belleza más parca pero todavía vital de Newton. De allí en adelante  comenzó a imponerse un modo estandarizado de narración del trabajo científico  en donde el "yo me maravillo" del gran científico italiano fue reemplazado por el " se sabe " de las publicaciones actuales. La ética, la estética, los odios y los amores, los gustos y los olores no figuran en el gran libro de la naturaleza que escribieron los  científicos clásicos. Estos creyeron poseer una imagen completa del universo, total, absoluta y objetiva. Kant llegó incluso a considerar que gracias al imponente trabajo de Newton y sus sucesores se había desentrañado el esquema general del universo, y si algo faltaba era sólo cuestión de detalle. 

La imagen del cosmos forjada en la época moderna nos muestra  un gran mecanismo, compuesto de piezas elementales independientes cuyo funcionamiento está regido por leyes invariables y eternas. Un mundo donde el único cambio es el lento pasar de las manecillas del reloj, su símbolo por antonomasia, que siempre vuelve a su posición inicial restableciendo todas las piezas a su lugar original. Un universo estable, donde sólo están permitidos los desplazamientos reversibles y las relaciones lineales. Un mundo donde cada partícula es independiente y sólo pueden darse interacciones mecánicas, donde no se producen transformaciones.

La idea de un mundo mecánico,  está estrechamente ligada a la concepción analítica del conocimiento, que busca una unidad elemental que explique el comportamiento de un todo mayor a partir de las propiedades de sus unidades componentes. Siguiendo con la metáfora del reloj, podemos decir que el mecanismo puede ser desmontado y estudiado pieza por pieza y que su funcionamiento puede ser explicado por el de sus partes componentes, que no se transforman en ningún momento. Desde esta perspectiva los químicos intentaron comprender el comportamiento de las sustancias complejas a partir de sus componentes más simples; y los biologos pensaron  las funciones del organismo a partir de unidades cada vez más pequeñas: órganos, tejidos, células; los medicos dividieron el conocimiento de la " maquina humana " entre decenas de especialidades, y cada una se ocupaba de su " aparato " correspondiente. Los psicologos conductistas pretendieron explicar el comportamiento como una relación lineal estímulo respuesta; y la sociología mecanicista abordaba el análisis de la sociedad como resultante de la sumatoria de las acciones de los individuos aislados. El análisis positivista del lenguaje se basaba en considerar a la palabra como portadora per se de los significados ( atomismo lingüístico ). La economía también fue reducida a un modelo simple, lineal cuya meta era un "progreso equilibrado" y la administración podía confundirse con una ciencia de los balances.

La metáfora del Universo Reloj, además de su ligazón conceptual con el método analítico tienen varios supuestos subyacentes más. Entre ellos debemos destacar tres: a) Las relaciones entre los elementos no pueden ser transformadoras. Esto quiere decir que la partícula elemental (el engranaje) no cambia, es estable, eterna e igual a si misma: hipótesis de identidad estática. b) En las relaciones mecánicas  el todo siempre es igual a la suma de las partes ( no hay interacciones facilitadoras, ni inhibidoras, sólo transmisión y equivalencia):  hipótesis de Totalidad Desarmable. c) El sistema mecánico sólo se ve afectado por el cambio de unas pocas variables mientras el resto del universo se considera que permanece constante y no lo afecta: hipótesis de independencia absoluta.

Un aspecto central de la concepción moderna se relaciona con la idea que los sistemas mecánicos están concebidos para funcionar en contextos especificados, que no afecten su funcionamiento. Para controlar a la naturaleza hay que generar condiciones de aislamiento que admitan ser reguladas por el hombre. Para que el reloj funcione adecuadamente el mecanismo debe estar cerrado a las influencias externas, protegido por una caja herméticamente sellada. Es justamente, la producción artificial de estos ámbitos regulados lo que permitió que se desarrollara la ilusión de un contexto estable e independiente. Sin embargo, la mentalidad moderna naturalizó este proceder artificioso y planteó la existencia de un mundo estable y un contexto único. En la física el espacio y el tiempo absolutos conformaron  el contexto universal. A nivel de la organización social la Revolución Industrial produjo un impresionante aumento de la estandarización de la producción y de la rutina de trabajo. El acento que pone la industria moderna en la eficiencia está en relación directa con creencia en la estabilidad del contexto. La eficiencia es un concepto monodimensional, ya que se elige un parámetro al que se privilegia por sobre todos los demás y se establece respecto de él una escala de medición cuantitativa (21). El método exige que el resto de las variables se comporte de modo estable.

El universo de la simplicidad, el mundo reloj de la modernidad, aquel al que la epistemología clásica concibió como objetivo, también puede ser entendido como una monumental construcción humana producida a través de sujetos sociales firmemente convencidos de su verdad y que, gracias a ello fueron capaces de generar los procesos de estandarización, y de crear los contextos artificiales adecuados al horizonte de sentido que ellos mismo se trazaron. La vida en la ciudad, la rutinización del trabajo, la construcción de maquinarias y el establecimiento de una disciplina social rígida, apoyada por una educación común y un control permanente, mantuvieron durante muchas décadas la estabilidad pre-supuesta.

La Modernidad concibió lo humano dividido en compartimentos estancos. Desde la mirada newtoniana conocimiento/ emoción/ acción son esferas incomunicadas, absolutamente autónomas.  Se impuso socialmente una confianza ilimitada en los poderes de la razón y en que la ciencia impulsaría el progreso permanente  si los seres humanos se mostraban capaces de dominar sus sentimientos y disciplinar su accionar detrás de los dictados de la razón.A su vez, el hombre se pensaba radicalmente separado de la naturaleza, observador y observado era términos rigurosamente separados.

 En un universo domesticado de esencias estables, de procesos reversibles, de leyes universales. reglado y predictible en el  que el hombre se concebía separado de la naturaleza, se sentía ajeno, creía poder obsevar desde una perspectiva exterior, independiente y arrancar  al mundo objeto sus secretos para dominarlo a su arbitrio, sólo un    proyecto era posible: conocer para dominar.

La concepción clásica tomaba a la separación radical sujeto-objeto como un verdad incuestionable (22) y no como una perspectiva particular, entre otras muchas posibles. El conocimiento humano podría llegar a abarcarlo todo, podían llegar a establecerse teorías completas sobre el mundo. Sin embargo, hoy nos damos cuenta que al expulsar lo cualitativo, y privilegiar exclusivamente lo cuantificable; al mecanizar el cosmos y separar el cuerpo y el alma del hombre;  quedaron fuera del mundo de la ciencia la emoción y la belleza,la ética y la estética,  el color y el dolor, el espíritu y la fe, el arte y la filosofía, el cuerpo emocional y el mundo subjetivo. El sujeto de la objetividad no podía dar cuenta de si mismo, porque no se veía a si mismo, era un hombre desencarnado.  Este dicotomía radical entre arte y ciencia, razón y emoción, cuerpo y alma impactó fuertemente en el desarrollo de las ciencias humanas ¿cómo hacer ciencia de los sujetos sin poder pensar la subjetividad? ¿cómo describir lo cualitativo a partir de lo cuantitativo ? El hombre que creía haber domesticado al universo, se había perdido a si mismo.

 

Nuevas lentes para un nuevo mundo

 

La modernidad tuvo una concepción ingenua del proceso cognitivo en general y de la percepción en particular, al suponer que  percibimos " lo que hay en el mundo tal cual es". Este punto de vista, aún muy extendido, comenzó a perder fuerza desde principios de siglo. pero sólo a después de la segunda guerra comenzaron a plantearse divergencias cada vez más sistemática y generalizadas . La crítica a la imagen del mundo como un conjunto de esencias inmutables (átomos, neuronas, unidades económicas, etc) que debían ser descubiertas gracias a la razón y la observación y reflejadas en el lenguaje, comenzaron a tomar fuerza en la década del sesenta con los trabajos de Wittgenstein sobre los juegos del lenguaje y los de Kuhn sobre los paradigmas. Estos planteos se profundizaron en los setenta y ochenta con los trabajos de Habermas y  con un gran caudal de investigaciones sobre las bases metafóricas y retóricas de nuestro conocimiento del mundo, entre los que se destacan los trabajos de Lakoff y Johnson. Por otra parte, estos planteos se fueron enriqueciendo con aportes de muy variado origen, desde la crítica feminista de E. Fox Keller que puso sobre el tapete sobre las bases androcéntricas (machistas) que se encuentran en el sustrato de la supuesta neutralidad de la ciencia, y la profundización de los trabajos de M. Foucault sobre las relaciones entre el conocimiento, poder y control; se agregaron a estos planteos las preguntas lanzadas por la nueva sociología de la ciencia representada entre otros por Latour y Barnes y el desarrollo del constuctivismo de Von Foerster y Von Glaserfeld y el construccionismo social de  Berger, Luckmann y K. Gergen y la "ecología de la mente" de Bateson. Una línea de aportes fundamentales para este giro conceptual se relaciona que el amplio desarrollo en los ochenta y los noventa de innovadoras teorías y prácticas comunicacionales y por supuesto los enfoques semióticos que empezaron a tomar fuerza en los sesenta con Barthes  hasta llegar a un punto sin retorno con el deconstruccionismo de Derrida. Todos estos movimientos, conspiran desde diversas disciplinas contra la mirada modernista del conocimiento como un reflejo de la realidad.

Las novedades no provienen exclusivamente del campo de la filosofía,  de la epistemología ni de la semiótica sino que se nutren con importantes hallazgos de la psicología de la percepción, de la moderna neurofisiología,  y de las ciencias cognitivas. Aunque algunos de los más importantes trabajos científicos sobre la percepción fueron realizados a fines del siglo pasado y confirmados repetidamente en las primeras décadas de este siglo, sólo en la actualidad se los ha valorado en toda su amplitud. Uno de los más famosos y sencillos experimentos relata una experiencia  en que se le colocaron a un individuo unos anteojos con lentes inversos, de tal manera de que viera todo "cabeza para abajo". La primera reacción del sujeto fué de una gran confusión y desorientación y un período de visión confusa, pero en la medida en se acostumbraba a moverse en su " nuevo mundo ", todo su campo visual se transformó, y los objetos volvieron a verse en la posición "normal", es decir, igual que antes de usar los lentes. Si en esa nueva situación se le sacaban los anteojos su visión se invertía nuevamente y sin ellos veía el mundo "patas para arriba"; aunque, nuevamente, el período de visión invertida solo duraba un tiempo y luego el individuo recuperaba su visión " normal ". Se puede ver a través de este experimento que el cerebro organiza la información recibida por los sentidos de tal manera que el individuo tenga una visión coherente, compatible con una acción eficaz en el mundo. Para lograrlo el sistema nervioso y el cerebro utilizan la información obtenida por los otros sentidos. Un eminente neurofisiólogo, dijo al respecto que " vemos con nuestras piernas ".   A partir de  experiencias similares,  Heinz von Foerster propuso que debemos asumir que la sensación por sí sóla es insuficiente para la percepción, ya que es necesario correlacionar los cambios de la sensación con la propia actividad motora, es decir con nuestros movimientos de control, giros de la cabeza, cambios de nuestra posición, etc." ( Von Foerster, @)Tomando las  palabras del biólogo Francisco Varela podemos decir que "lo que el organismo detecta como su mundo, depende de su comportamiento ya que ambas cosas son inseparables" (Varela, 1984)

El fenómeno visual es complejo y excede largamente a los estudios de óptica física.  La visión humana es un proceso que sólo puede explicarse superficialmente con la metáfora de la cámara fotográfica. Si queremos pensar el fenómeno de la percepción ligado a los procesos de conocimiento, la situación se torna mucho más compleja aún. Lo que vemos, en tanto experiencia visual humana, depende de la perspectiva en que estamos mirando y hoy a casi un siglo de la teoría de la relatividad, resultaría absurdo afirmar que existe una perspectiva privilegiada. Más aún, no tenemos que olvidar que la experiencia visual ha sido traducida al lenguaje hablado y que lo que decimos que vemos resulta influido no sólo por la información recibida sino por nuestra capacidad para nombrarla. A su vez, aquello que logramos ver, está en relación con nuestra experiencia previa tanto visual como linguística y cognitiva. Veamos el caso de tres hipotéticos astrónomos mirando la puesta del sol. El primero, partidario de un modelo astronómico geocéntrico, muy poco románticamente informa: "Veo el sol ponerse en el horizonte". El segundo, copernicano convencido, dirá: " Veo al horizonte moverse hacia arriba ". Y el tercero, un astrónomo egipcio, resucitado especialmente para este diálogo imaginario exclamará:  Veo que Ra está por esconderse con su barca.

Frente a imágenes más complejas,  tendremos que tener en cuenta que no sólo que estamos viendo las cosas desde cierta perspectiva, sino también que filtramos la información visual al focalizar la atención en ciertas cosas, que nuestros conocimientos previos sobre " qué debemos ver allí " guiarán en buena parte el proceso perceptivo y que aquello hemos visto sólo podrá formar parte de un conocimiento público a través del lenguaje. Quienes  hayan trabajado con microscopios, o quienes desean aprender a ver una radiografía o una ecografía, saben de la gran dificultad y del complejo proceso que permite a un hombre llegar a ver " lo que según sus maestros debe ver ".  

Todavía podemos avanzar un poco más en el análisis y considerar la siguiente afirmación: " Veo que la computadora no está sobre la mesa ". Esta frase es absolutamente ininteligible desde el punto de vista ingenuo, pués es obvio que la " no presencia " de la computadora, jamás podría ser considerada como " algo que está " allí afuera en el mundo". Sin embargo la frase está escrita en castellano y es perfectamente entendible por cualquiera. Esto es así porque nuestras experiencias visuales incluyen nuestas expectativas y nuestos conocimientos previos. Es por comparación con el " modelo esperado " - que la computadora se encuentre sobre la mesa- que alguien puede decir que no ve allí una computadora.

Hemos visto cómo percepción y conocimiento se realimentan mutuamente y hemos empezado a considerar el rol del lenguaje en estos procesos. A medida que nos vamos separando de la concepción ingenua que plantea que el proceso cognitivo es pasivo a la manera de un espejo que refleja la imagen de un objeto independiente de él, se abren ante nosotros muchas dimensiones de análisis y diversas disciplinas que las han abordado (neurofisiología, psicología cognitiva, cibernética, entre otras ). La epistemología también ha focalizado su interés en este proceso. Varios autores, entre los que se destacan: N. Russell Hanson,  T. S. Khun, von Foerster, G. Bateson, P. Feyerabend, y Polanyi, desde distintas perspectivas de la tradición anglosajona y M. Foucault, G. Bachelard, E. Morin, P. Thuillier desde el pensamiento francés, han coincidido en destacar la mutidimensionalidad del fenómeno perceptivo-cognitivo y la imprescindible e inevitable influencia del lenguaje en el proceso.

Desde esta línea de pensamiento, Lakoff y Johnson, han planteado que: "Nuestro sistema conceptual ordinario, en términos del cual pensamos y actuamos, es fundamentalmente de naturaleza metafórica. " (Lakoff y Johnson, 1991)

 

Es decir, que no sólo hablamos con metáforas, sino que pensamos a través de ellas. Aunque el término ha sido utilizado por distintos autores de diferentes maneras, en este trabajo la metáfora es concebida como un dispositivo guía de un proceso cognitivo-perceptual (ya que desde nuestra perspectiva en los humanos la experiencia perceptual es ya una experiencia cognitiva). Si pensamos en las metáforas de la física clásica que hemos comentado: el  reloj, por ejemplo, expresa la idea de un mecánismo, invariable, exacto y predictible, que puede ser desmontado y estudiado pieza por pieza y su funcionamiento puede ser explicado por el de sus partes componentes. Estas propiedades les son atribuidas  metafóricamente al Universo como un todo. De esta manera teorías que muy abstractas, se presentan a través de metáforas que tienen un sustrato más tangible. Munidos de estos instrumentos cognitivos los hombres de la modernidad produjeron desarrollos magníficos en los campos de la física, la astronomía, la ingeniería mecánica y muchas otras ciencias. Favorecieron la producción de variadas tecnologías  para las más diversas industrias y actividades, desde tecnologías "duras" ( máquinas, herramientas, aparatatos diversos ) hasta "tecnologías sociales" basadas en una concepción individualista de la vida social fundamentada en la creencia en la nocíón de sujeto independiente, tanto de los otros sujetos como de la naturaleza: el átomo humano:  el individuo (indivisible), engranaje de la gran máquina universal. Paradojal realidad la de este sujeto absolutamente independiente pero cuya única libertad consiste en seguir las leyes universales de una naturaleza maquínica de la que se supone ajeno. Las leyes del mundo físico no pueden cambiarse, pero pueden ser ser utilizadas para manipular la naturaleza y manipularla, utilizando el concocimiento newtoniano de las mismas. Pero si la razón misma es mecánica, si  todo está rígidamente determinado, aún nuestros más profundos deseos ¿ Qué espacio queda para la libertad,  para la ética y para la creatividad ?

Mientras el universo domesticado se comportó docilmente, los procesos de estandarización permitieron que se estableza una forma específica de mirada y de acción en el mundo, que contribuyeron a sostener la concepción ingenua del conocimiento. Sin embargo, "maldad de la naturaleza" y, justo es decir, en particular la de la naturaleza humana, dejaron que algunas nubes oscurecieran el horizonte iluminadado de la modernidad. Hacia fines del siglo pasado anomalías cada vez más llamativas comenzaron a brotar, paradojas persistentes y dificultades crecientes inquietaron los sueño de felicidad eterna y progreso permanente. El sujeto, sintió el ruido que anunciaba el fin de su letargo maquínico, las viejas certezas se pusieron en duda y lo natural ya no lo fue tanto, los fundamentos indubitables comenzaron a resquebrajarse. Hoy, las construcciones conceptuales que se creían imperecederas muestran signos de profunda descomposición.

 

Navegando hacia el mar de la complejidad

 

Trescientos años después de la gran síntesis newtoniana, los científicos desalentados por el fracaso en la búsqueda de  partículas elementales, han comenzado  a utilizar otras metáforas, y a concebir modelos más complejos, ricos y extraños. El mundo " de los ladrillitos elementales " se desmoronó estrepitósamente al sonido de las trompetas cuánticas. Todo el universo físico es visto hoy como una inmensa " red de interacciones " donde nada puede definirse de manera absolutamente independiente y en el que se enseñorea el "efecto mariposa " ( que dice que cuando una mariposa aletea en el Mar de la China puede "causar" un tornado en New York ). La concepción de la partícula, y por lo tanto de la materia, se ha transformado al punto de que podemos decir que se ha desmaterializado. Hemos pasado de una concepción estática ( el átomo como una bola de billar ) a una descripción dinámica que nos habla de una red o patron de interacciones.

La transformación conceptual que viene de la mano de una nueva metáfora como la del universo como red o entramado de relaciones (y los individuos como nodos de esa red) excede largamente a la transformación de la imágen del mundo propuesta por la física. La linguística ha recorrido un largo camino en este siglo, dejando muy atrás las concepciones atomistas y la  metáfora del lenguaje como "espejo " de la realidad para plantear en la actualidad una multiplicidad de concepciones que han abandonado la idea de  la palabra como partícula elemental  del lenguaje, para presentarnos una concepción  en red multidimensional de los fenómenos linguísticos. En el ámbito de la sociología, de las teorías organizacionales y de la economía no ha sido menos dramática la transformación de las ideas sobre de la organización social. Desde una concepción mecánica, con interaciones rígidas propias de la metáfora " piramidal " de organización característica del Taylorismo estamos asistiendo a la legitimación de otras formas de concebir lo social: la redes y las organizaciones " heterarquicas ". La Batalla de las Islas Midway nos provee de un maravilloso ejemplo para diferenciar la concepción jerárquica -donde sólo gobierna el " Jefe Supremo " y la línea de mando va únicamente de arriba hacia abajo - del  modelo heterárquico donde el poder circula. En esa contienda " la flota japonesa estuvo a punto de destruir a la estadounidense. En verdad el barco insignia de los Estados Unidos fue hundido en los primeros minutos, y su flota fue abandonada a su propia organización, yendo de una jerarquía a una heterarquía. Lo que pasó entonces fue que el encargado de cada barco, grande o pequeño, tomaba el comando de toda la flota cuando se daba cuenta de que, dada su posición en ese momento, sabía mejor lo que iba a hacer. Como todos sabemos, el resultado fue la destrucción de la flota japonesa.". Este  modelo de organización heterárquica  no sólo ha  dado grandes resultado en la estrategia militar  sino que ha guiado buena parte de la investigación en redes neuronales, una de los proyectos científicos más importantes de fin de siglo. En el campo de la información y las comunicaciones, la revolución no ha sido menos drástica: las redes informáticas sustituyeron casi completamente a las gigantes computadoras que centralizaban toda la información por un sistema de alta interconexión, donde  la misma ésta distribuida y es más rápida y eficientemente accesible.

Una vez que se ha establecido la conexión metafórica, no es dificil "ver" las cosas en términos de redes. Toda empresa, por ejemplo, tiene un organigrama que se supone representa su estructura organizacional, sin embargo todos los que han trabajado en instituciones saben que existe un entramado de relaciones que excede y se diferencia enormemente del esquema formal. Las teorías clásicas no podían dar cuenta de esta red de relaciones informales porque no las veían, el tamiz metodológico caracterizado por la metáfora mecanicista dejaba pasar todo lo que no era formalizable dentro de los estrachos marcos de la matemática linealizable y retenía sólo las "estructuras formales". Esta invisibilidad de las relaciones informales se debía a que la mentalidad newtoniana no contaba con un sistema conceptual que permitiera  legitimar cognitivamente aquello que no era cuantificable y formalizable dentro su marco teórico-metodológico.. Todavía hoy tenemos grandes dificultades para legitimar el punto de vista implicado en la metáfora de la red, tanto a nivel de las organizaciones propiamente dichas como de la sociedad en su conjunto. La mayoría de las personas siguen pensándose como individuos aislados (partículas elementales ) y no como parte de múltiples redes de interacciones: familiares, de amistad, laborales, recreativas (ser miembros de un club), políticas ( formales: ser miembros de un partido, informales : ser votantes, simpatizantes de una organización ), culturales ( haber pertenecido o participar actualmente de una institución cultural o educativa ), informativas ( ser lectores o escritores  o productores en o de un medio de comunicación ), etc. Las disciplinas científicas siguen en muchos casos pensando en términos de compartimentos estancos y territorios exclusivos, creyendose independientes de la cultura y la sociedad que las nutre. Sin embargo, son cada  vez más los que adoptan otros paradigmas, otros sistemas de enfoque y generan nuevas narraciones y escenarios donde transcurre la vida social del hombre de fines de la modernidad. Las ciencias de la administración han pasado a pensarse como ciencias de gestión, para dar cuenta de la multidimensionalidad que se abre cuando pasamos de las metáforas mecánicas a las ciencias de la complejidad, inmersa en una cultura de interacciones dinámicas y profundas transformaciones. Una cultura que no piensa al universo como un reloj sino como "archipiélagos de orden en un mar de caos": la cultura de la complejidad. La civilización que creyó en las certezas definitivas, en el conocimiento absoluto y el progreso permanente ha comenzado a derrumbarse y están abriéndose paso nuevos modos de pensar y vivir en el mundo.

Desde finales del siglo pasado la concepción newtoniana y moderna del mundo comenzó a presentar importantes fisuras, la geometría euclidiana que se suponía absoluta, completa y única tuvo que tolerar la aparición de otras competidoras tan coherentes y consistentes como ella misma, la física relativista y la cuántica abrieron el juego a una nueva concepción del observador y de la realidad, la termodinámica de sistemas abiertos generó un espacio de pensamiento novedoso para los problemas del determinismo y el azar, además de dar cuenta de los procesos irreversibles y de la historia en la física. En la actualidad, se están abriendo paso nuevas concepciones que contemplan a la evolución de una manera muy distinta a  la metáfora competitiva de la "supervivencia de los más aptos" . La aparición, propagación e incorporación de nuevos términos como co-evolución, salto, diversidad, organización compleja, auto-organización, así como la extensión del estado de deliberación sobre los fundamentos de la biología hacen pensar nos estamos aproximando a un cambio paradigmático muy profundo.

 

@@agregar complejidad

¿Qué ha pasado en este tiempo con las ciencias humanas y el sujeto ? Mientras la evolución de la física puede concebirse según Einstein como un desarrollo contra el sentido común, basado en la producción de lo que Popper denominó como "conjeturas audaces" y los científicos "duros" dieron rienda suelta a la imaginación creativa sin consultar a epistemólogos ni metodólogos sobre cómo llevar adelante su tarea, los investigadores en ciencias "blandas" han vivido una verdadera tiranía metodológica. La epistemología empirísta-positivista se autoerigió en juez de la cientificidad y elevó su peculiar concepción de lo científico a la categoría de lo que la  ciencia es. Esto ha llevado a que todos aquellos que aceptaron su discurso, a desarrollar programas de investigación lejos de la toda teorización atrevida; es decir, a quedar con los pies en la tierra, y la cabeza también. Quienes, por el contrario, desoyeron los dictámenes del tribunal epistemológico, fueron expulsados de la santa tierra científica y sus hipótesis fueron calificadas de irracionales, pseudocientíficas o meras fantasías.En particular, todas las teorías del sujeto (23) que salieran del marco clásico quedaron en el limbo de la no-ciencia.

 A partir de mediados de este siglo, comenzaron a oirse nuevas narraciones que abrieron insospechados espacios de búsqueda. Todos los pensadores pos-positivistas coinciden en que el conocimiento no puede ser ya concebido como la imagen especular de la realidad. Sino que el conocimiento expresa la forma peculiar de la relación humano-mundo en un lenguaje simbólico producto de la vida cultural y del intercambio con el medio ambiente.@@

 

 El sujeto, desde la perspectiva de las ciencias de la complejidad, es una unidad heterogénea, una organización emergente de la interacción de sub-organizaciones entre las que se destacan la cognición, la emoción y la acción, que  son las formas de interacción del sujeto con el mundo. El sujeto no es un ser, una sustancia, una estructura o una cosa sino un devenir en las interacciones. Las nociones de historia y vínculos son los pilares fundamentales para la construcción de una nueva perspectiva transformadora de nuestra experiencia del mundo no sólo en el nivel conceptual, sino que implica también a nuestra sensibilidad y nuestro accionar, ya que desde la mirada compleja estas dimensiones son inseparables en el vivir humano. El sujeto no es lo dado biológicamente, sino lo construido en el intercambio en un medio social humano, que a su vez está en interacción constante con otros contextos. Es a través de los vínculos sociales de afecto, de lenguaje, de comportamientos que el sujeto se va auto-organizando (24). Ahora bien, no debemos confundir el sujeto con la subjetividad. Esta es la forma peculiar que adopta el vínculo humano-mundo en cada uno de nosotros, es el espacio de libertad y creatividad, el espacio de la ética. Pero el sujeto no es solamente el asiento de la subjetividad sino una organización compleja capaz también de objetivar, es decir, de convenir, de acordar en el seno de la comunidad, de producir un imaginario común y por tanto de construir su realidad. Lo que los positivistas llamaban "el mundo objetivo" es para las ciencias de la complejidad una realidad construida desde un imaginario social compartido, por sujetos que son parte no disociable de ese mundo. El mundo en que vivimos es un mundo humano, mundo simbólico, mundo construido en nuestra interacción con lo real, con lo que está afuera del lenguaje, con el misterio que opone resistencia a nuestras creaciones y a la vez es la condición de posibilidad de las mismas.

 

La tensión esencial

 

El sujeto complejo es parte de la naturaleza, pero tomando prestadas las palabras de Saussure, podemos decir que lo único natural en él es su artificialidad, es decir su capacidad de general mundos humanos.Este sujeto complejo se ve a si mismo construir el mundo, se ve unido al mundo, perteneciente a él y con autonomía relativa, inseparable y a la vez distinguible. El sujeto complejo ocupa un lugar paradojal: es a la vez construido y constructor.

El sujeto cartesiano construyó un mundo estable, de sustancias eternas y relaciones matemáticas expresadas en leyes universales. Un mundo de líneas causales independientes, y absolutamente predictibles en su curso. Un mundo donde el sujeto.estaba dividido en compartimentos estancos: cuerpo y alma, cognición-emoción-acción. Un mundo donde el hombre estaba sólo en un "mundo extraño, sordo a su ruido como a su música " como dijera Monod.

El sujeto complejo, en cambio,  se sabe partícipe y co-artífice del mundo en que vive, un mundo en interacción, de redes fluidas en evolución, un mundo en que son posibles tanto el  determinismo cómo el azar, el cristal y el humo, acontecimiento y linealidad, sorpresa y conocimiento. Un mundo donde el sujeto no es mera subjetividad, ni el mundo pura objetividad. En fin, un universo víncular en evolución un mundo atravesado por la emoción, co-creado en la acción y concebido en la interacción del sujeto complejo con lo real. Un mundo en el que surgen distintos escenarios desde diversas convocatorias.Un mundo donde la certeza es menos importante que la creatividad y la predicción menos que la comprensión. Un mundo interconectado donde ninguna guerra nos es ajena, donde la paz no puede ser concebida como el fruto del triunfo de los buenos sobre los malos, sino como el resultado del reconocimiento de la legitimidad del otro, de su racionalidad, de su accionar y de la apertura a un diálogo emocionado en una interacción que no niegue el conflicto sino que reconozca la diferencia como la única vía hacia la evolución.

 

(1) Prigogine & Stengers "La nueva alianza"

(2) Posmoderno, tardomoderno, sobremoderno son algúnos de los términos utilizadas para nombran a neustra época. No es éste el lugar de discutir las virtudes y defectos de cada una, pero si de aclarar cómo en que sentido hablo del fin de la modernidad. Mi propósito es indicar  que estamos saliendo de una época, que aún no pasamos a otra civilización sino que más bien estamos viviendo a la vez la agonía de un modo de vida-conocimiento-acción y que estamos empezando a parir otras formas de relacionarnos con los contextos en que con-vivimos.

(3) Esta era la única forma de justificar el movimiento de la tierra que va contra toda experiencia  sensorial.

(4) Considero al sentido común como la parte más estable y compartida del conocimiento social en un momento dado. Por lo tanto, una nueva teoría siempre se encuentra alejada del "sentido común" ya que este ha sido forjado según el estilo cognitivo de teorías, paradigmas y  cosmovisiones anteriores.

(5) Es curioso que esta sofisticación de la experiencia haya sido pensada desde la perpectiva de la simplicidad. La perplejidad sólo desaparece si distinguimos los planos en que se estructura esta concepción. La experiencia se sofistica porque incluye nuevos elementos provenientes de la imaginación y estructuración conceptual propia de los modelos matemáticos que modifican la percepción. Por otra parte si atendemos exclusivamente al producto y no al proceso de la experiencia, este es más simple en tanto que elimina la diversidad cualitatica y se expresa en un sólo registro: el de las formas geométricas abstractas y descarnadas. De allí que si atendemos sólo a los productos hablemos de un paradigma de la simplicidad.

(6) La pregunta por el origen es la pregunta mítica por exelencia y es particularmente paradójica en nuestra tradición occidental desde el momento en que Parménides decretó que algo no puede surgir de la nada. ( Ver Najmanovich, 1994 ). En este trabajo no pretendo establecer la verdadera y única historia, sino ejercer una función historizante para construir una narración posible y coherente que permita producir sentido en nuestro navegar histórico. Es en este sentido un ejercicio de desatino controlado, porque intenta narrar lo inenarrable y en este sentido es casi una locura, pero es una locura controlada, un ejercicio de suspención temporaria de la incredulidad, para poder anclar el pensamiento e intentar comprender, y en este sentido es la acción más alejada del desatino. Estrategia paradojal y sin embargo eficaz y habitual en nuesta especie, que H. Atlan denominó como razón astuta ( Atlan,    1991 ).

(7) En 1447 Gutenberg imprimió el primera calendario con la imprenta de tipos móviles de su invención. A partir de 1468 este invento se extendió paulatinamente por toda Europa.

(8) El reloj es el emblema de la modernidad. Símbolo a la vez de la nueva ciencia y sus modos de objetivación y de la vida ciudadana y su nueva naturaleza artificial y sistemas de regimentación social. En buena parte de las sociedades el tiempo es la unidad de medida del trabajo y del salario. " El tiempo es oro " es sólo una de las metáforas características del espíritu moderno.

(9) Octavio Paz ha planteado claramente esta vocación antipoética de la modernidad. " El racionalismo Burgués es, por decirlo así, constitucionalmente adverso a la poesía (...) La poesía no es un género moderno; su naturaleza profunda es hostil o indiferente a los dogmas de la modernidad: el progreso y la sobre valoración del futuro. (...) la poesía cualquiera sea el contenido manifiesto del poema, es siempre una transgresión a la racionalidad y la moralidad de la sociedad burguesa. Nuestra sociedad cree en la historia y la poesía es, por naturaleza extemporánea" ( Octavio Paz, " Sor Juana Ines de la Cruz o Las Trampas de la Fe" )

(10) En este sentido es historia abierta, que siempre puede enriquecerse, crecer, cambiar. Incorporar otras relaciones, explorar otras interacciones, modificar el foco. Una historia no congelada, más adecuado sería llamarla actividad historizante.

(11) Shakespeare se lamenta en el 1600 de esta mercantilización afectiva, la reconoce sólo para vituperarla. Aún no se ha efectuado la "naturalización" de esta forma de ver el mundo a la que que el gran dramaturago inglés le endilga buena parte de las desdichas del Rey Lear.

(12) La idea de un tiempo métrico no nació de un repollo. En ciertas historias de la Ciencia parecería que Galileo  concibió e impuso una idea que era totalmente  novedosa y ajena a su época, sin embargo nuevas historiografías proponen otra interpretación.  La proto-idea de un tiempo métrico ya estaba en germen en la práctica musical, materia obligatoria de la educación de toda persona culta en el medioevo. La escritura de la música polifónica exigía el desarrollo de un sistema simbólico para representar y comparar las duraciones. Así nació la cronometría.

(13) Nuevamente Galileo nos muestra su genialidad. El argumento de la torre era irrefutable por su construcción. No tenía sentido buscar otras alternativas en el mismo plano de análisis, sólo era posible saltar a otro mundo posible, es decir a otro escenario conceptual tan válido empírica y lógicamente como el anterior, pero que surgiera de premisas distintas, de tal manera que al pasar a ese otro mundo, con un contexto diferente, el problema no se resuelve sino que se disulve lisa y llanamente.

(14) Los centímetros y los segundos no existen en la naturaleza sino mediante nuestra producción conceptual de sistemas de medida y aparatos para encarnarlos. Por otra parte, es importante destacar que los "Patrones" de medida depositados en París, nunca fueron aceptados por los ingleses ya que éstos tenían muy claro la necesidad de preservar sus propias escalas. Hasta la actualidad los paises de habla inglesa continúan utilizando sus peculiares sistemas de medida, para nosotros tan "complicados" ( Libras, pulgadas, grados Farenheit, galones, etc.)

(15) También los términos que corresponden a "moderación" y "meditación" poseen esta raiz común. Al respecto nos dice David Bohm que "física, social y mentalmente, la conciencia de la medida interna de las cosas fue considerada como la clave esencial de una vida saludable, feliz y armoniosa " ( Bohm, 1980) (Agradezco los comentarios de Dr. Vul y el Dr. A. Kornblith respecto de la etimología de nuestro término "Medir" que proviene del Latin " Metiri" y que expresa nuestra concepción actual de medida en relación a la comparación con un patrón externo. Los griegos, sin embargo privilegiaron la idea de medida interna muy por encima de la de "medida externa" a la que también desde luego conocían. La redacción de mi trabajo "De EL TIEMPO a las temporalidades", es confusa a este respecto y dió lugar a diversas interpretaciones que espero queden  aclararadas aquí.)

(16) Coordenadas Cartesianas en honor del inventor de la Geometría Analítica René Descartes ( en Latín Cartesius)

(17) El espacio para la física y la pintura, del siglo XVII y XVIII era concebido según los lineamientos establecidos por la geometría euclidiana, pero que como veremos luego puede ser pensado de muchas otras maneras.

(18) La escuela "obligatoria" también es un invento de la modernidad. Sin ella, hubiera sido muy dificil imponer el mito de la objetividad. En las aulas escolares es, precisamente, donde aprendemos a objetivar, donde nos cuentan cómo es el mundo, nos dicen  lo que es importante y cómo expresarlo. Desde esta perspectiva podemos decir que es la educación la que "normatiza" nuestras percepciones.

(19) Frederick Taylor fue uno de los pioneros de la teoría de dirección científica de las organizaciones. La concepción mecánica fue el núcleo de la perspectiva intelectual de este ingeniero americano, del que se ha dicho que fue " el mayor enemigo del trabajador". En "Imágenes de la organización" Gareth Morgan plantea que "(...) en las fábricas de producción en serie, donde las ideas de Taylor constituyen la propia tecnología, convirtiéndose a los trabajadores en meros sirvientes de las maquinas, siendo éstas las que llevan el contol y marcan el paso del trabajo. ( Morgan, 1991)

(20) Galileo publicó en italiano y Descartes en francés en una época en que los filósodos lo hacía en Latin. No debe extrañarnos puesto que debían convencer a sus contemporáneos de teorías muy alejadas del sentido común de la época. Por lo tanto trantaron de llegar a un público  más amplio que el de sus pares. Cuando las concepciones del mundo de la modernidad se naturalizaron y pasaron a llamarse descripciones, los científicos ya no tenían que convencer a nadie y nuevamente produjeron lenguajes herméticos,  desapacionados y aburridos. Respecto de los lenguajes "cerrados" nos dice M. Serres que son " nocivos en la ciencia y en la filosofía, casi todas las palabras técnicas no tienene otra finalidad que separar a los inicados de los excluidos. (Serres 1991) Sólo los fundadores de doctrinas profundamente revolucionarias y provocativas como Freud, escribieron en un estilo emocionalmente comprometido y con una prosa atractiva y persuasiva. Tal vez por eso resulte particularmente llamativo que muchos  de sus seguidores hayan adoptado una jerga incomprensible .

(21) Aunque a muchas personas las pueda dejar perplejas es interesante constatar que la eficiencia puede ser contraproducente. En contextos cambiantes o inestables, la rigidez que exige la eficientización mecanicista ha llevado a la ruina a muchas empresas, organizaciones sociales e individuos.

(22) Al  decir que la separación sujeto-objeto era una verdad incuestionable me refiero a que para la mentalidad moderna es tan obvia esta afirmación que nunca la pusieron en duda. Más que verdadera era transparente pués nadie se cuestionaba su verdad.

(23) El psicoanálisis fue una de las víctimas preferidas de los ataques de furia de varios jueces epistemológicos, autoerigidos en tribunal inapelable entre los que se destacaron nuestro compatriota Mario Bunge y  Sir K. Popper.

(24) von Forerster destacó la paradoja de los llamados " sistemas auto-organizadores" que sólo pueden existir en permanente intercambio con su entorno del que se nutren para organizarse.

 

 

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