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EL LENGUAJE DE LOS VINCULOS
De la independencia absoluta a
la autonomía relativa
Denise Najmanovich
Crisis, Cambio y Caos son
tres términos que se escuchan cada vez con mayor frecuencia. La economía está
en crisis, la educación lo está y los valores también. Sin embargo, podemos
preguntarnos si lo que está en crisis son las cosas en sí mismas o nuestra manera
de apreciarlas. La concepción clásica del conocimiento y sus modos de
producción y gestión asociados ponen el acento en la "objetividad" de
los problemas. Desde otras perpectivas más contemporáneas, los problemas
emergen en la interacción del sujeto con el mundo, se constituyen desde una
determinada concepción, cobran valores distintos desde diversos puntos de
vista.
Nuestra cultura parece
haber llegado a un callejón sin salida: las viejas recetas destinadas a curar
todos los males sólo nos empeoran. Frente a esta situación, se hace cada vez
más imprescindible reflexionar sobre los caminos que nos han llevado hasta aquí
y atrevernos a generar nuevos rumbos hacia parajes hoy desconocidos. Desde
luego que semejante alternativa produce vértigo, el miedo de nuestra
civilización a lo desconocido es ancestral. Sin embargo las rutas habituales
nos han llevado al borde del abismo, todas las alternativas son riesgosas, aún
la inmovilidad.
La civilización que creyó
en las certezas definitivas, en el conocimiento absoluto y el progreso
permanente ha comenzado a derrumbarse y están abriéndose paso nuevos modos de
pensar y vivir en el mundo. De concebir el universo como un Cosmos Mecánico
estamos pasando a una concepción de islas de estabilidad en un mar de Caos. De afirmar
la posibilidad de un conocimiento absoluto, verdadero, objetivo y universal
pasamos a afirmar el perspectivismo, la no separabilidad absoluta del
observador y lo observado, la íntima ligazón entre la teoría, la acción, la
emoción y los valores. De un mundo en que las ciencias y la humanidades estaban
separadas en dos culturas radicalmente distintas estamos empezando a recorrer
un camino hacia una ciencia que se piense a sí misma como una "mirada
poética de la naturaleza" (1) y unas artes que no dudan en proponerse como
modos de conocimiento.
La crisis actual no se
caracteriza sólo por la emergencia de nuevos paradigmas en la ciencia o por la
revolución tecnológica permanente. Los cambios en nuestra forma de concebir la
relación humano-mundo son el 'sistema nervioso central' de las transformaciones de este fin de la
modernidad (2). El recorrido de este trabajo, que parte del nacimiento de la
edad modena hasta llegar al punto de bifurcación cerca del cual nos encontramos,
ha sido pensado de tal manera que nos permita una exploración de los supuestos
fundamentales que conformaron la nervadura de nuestra forma de pensar sobre
nosotros mismos y nuestro conocimiento y
-a la vez- analizar las concepciones del mundo de la modernidad y de los
nuevos paradigmas emergentes. Este doble juego responde al objetivo de poner en
marcha un modelo ecológico del conocimiento, que nos permita abrir las puertas
al mundo de la complejidad y hacer algunas exploraciones preliminares de las
redes multidimensionales que se abren al pensamiento en el mundo contemporáneo.
Propongo empezar el viaje con un verso de Caetano Veloso: Navegar es preciso, vivir no es preciso.
El nacimiento de la experiencia moderna
La idea de que existe un
método que nos permite eliminar el error y la confusión y acceder al reino de
la verdad, es connatural con la modernidad. Descartes (1596-1650) es su padre,
y esta historia comienza cuando el genial filósofo francés decidió recorrer
metódicamente el camino de la duda para arribar -paradojicamente- a la certeza.
Atónito frente al estruendo que produjo el universo aritotélico-tomista al
derrumbarse, se propuso encontrar unos cimientos firmes que pudieran garantizar
que el edificio del conocimiento no caería nuevamente. La certeza que Descartes
buscaba debía ser absoluta y contar con un fundamento indubitable. De este modo
la filosofía cartesiana instauró un modo específico de relación del hombre como
sujeto y el mundo como objeto que ya había comenzado a desarrollarse en el
renacimiento. La noción de sujeto racional capaz de conocer la naturaleza como
" lo otro de si" y elaborar una imagen o representación de la misma;
nacen con la modernidad y se incluyen en
una constelación conceptual constituida a su vez por las nociones de
fundamento último, realdad única y verdad absoluta.
El conocimiento matemático
es el modelo ejemplar, el horizonte de sentido que guía a los pensadores en el
camino de la construcción del espíritu moderno.
Galileo (1564-1642) fué uno de los más populares divulgadores de esta
"nueva sensibilidad". Éste le otorga una alta prioridad a la teoría, a los principios y a las
demostraciones matemáticas. Su concepción de la experiencia es mucho mas amplia
que el estrecho concepto de
experimentación de laboratorio -al que desde luego incluye-, abarca
además los experimentos mentales y todo tipo de
idealizaciones construidas en el marco (3) de un sistema teórico global[1] . Galileo, nos dice
Feyerabend, ni rechazó la experiencia ni confió en ella con exclusión de todo lo demás, sino que la transformó de modo que los objetos de pensamiento se hicieron
perceptibles. Esta tralización a fondo de la matemática como herramienta de
interpretación; por eso su construcción de la experiencia es más sofisticada
que la aristotélica ya que estaba mas alejada del sentido común (4), pués
elimina la enorme diversidad cualitativa que percibimos y reduce la experiencia
a términos puramente cuantitativos. (5) En palabras de Galileo:
"La filosofía está escrita es ese
grandioso libro que está continuamente abierto ante nuestros ojos ( lo llamo
universo ). Pero no se puede descifrar si antes no se comprende el
lenguaje y se conocen los caracteres en que está escrito. Está escrito en
lenguaje matemático, siendo los caracteres triangulos, círculos y figuras geométricas.
Sin estos medios es humanamente imposible comprender una palabra; sin ellos,
deambulamos vanamente por un oscuro laberinto." (Il Saggiatore, Galileo
Galilei)
Ahora bien, ¿era Galileo un
extraterrestre, un ser absolutamente diferente a sus contemporáneos, o esta
prioridad de lo cuantitativo era -por el contrario- un elemento fundamental del
la sociedad en que vivía ? Si la respuesta es afirmativa ¿ qué originó (6) este cambió radical en la
sensibilidad, la cognición y la relación del hombre medieval con el mundo ? ¿
Fue el renacimiento el principio de una
nueva era, a partir de los cambios ocurridos en el imaginario social de la alta
edad media, o el resultado de un rayo divino que cayó del cielo para iluminar a
una sociedad esencialmente estúpida ? Paul Benoit y otros historiadores de la
ciencia, entre los que se destacan Michel Serres y P. Thuillier, plantean que
el privilegio concedido a lo cuantitativo se relaciona estrechamente con el
nuevo modus vivendi que se
produce con el resurgimiento de la vida
en las ciudades, el desarrollo del comercio y las actividades mercantiles y con
ellos el intercambio con otras civilizaciones y otros mundos conceptuales. En
estas condiciones se fueron generando nuevas clases de hombres y de instrumentos tecnológicos,
artísticos y sociales, que vehiculizan las relaciones del sujeto con el mundo. En particular se destaca la
revalorización de los clásicos griegos, su difusión gracias a la imprenta (7),
la influencia de la culturas orientales especialmente la árabe que había
conservado y traducido los clásicos griegos y que había prestado especial
atención a la ciencia, tanto a la matemática como a la biología y la había
enriquecido con otros aportes entre los que se destaca el sistema de numeración
hindú que incluía al cero y la notación posicional que le otorgaba grandes ventaja operativas,
que fueron rápidamente aprovechadas por la nueva clase mercantil. Los viajes y
las reorganizaciones políticas, abrieron la puerta a nuevos mundos, desde la
conquista de América hasta la re-configuración del mapa político europeo, en
permanente modificación. Las viejas certezas comenzaron a tambalear, pero su
caída y reemplazo por una nueva cosmovisión duró varios siglos, durante los
cuales se produjeron transformaciones radicales
en las artes, la filosofía y la religión ligadas siempre al nuevo modo
de viva de las ciudades y a la concepción mercantil del intercambio. B. Rotman
plantea que la disrupción y la desintegración moral inherente al ascenso del
capitalismo y su mercantilización de la realidad social, su capacidad para
desestimar los sentimientos de camaradería y reducir la interacción de los
seres humanos a intercambio fijado en dinero y poder, es el tema central de la
obra de Shakespeare Rey Lear. El gran dramaturgo inglés nos muestra cómo hasta
el amor es mercantilizado, evaluado cuantitativamente, Dice el Rey Lear a sus
hijas
"¿Cuál de vosotras, decidme, nos ama más?
Que nuestra mayor largueza se extienda sobre aquella cuyos sentimientos
naturales merezcan mayor galardón".
Esto es sin duda un
exquisito ejemplo de la lógica del "toma y daca" típica del
mercantilismo aplicada a los afectos y relaciones personales. Las dos hijas
mayores de Lear complacen al padre con inflados discursos henchidos de bellas palabras
(que parecen ser la nueva forma de cuantificar el cariño). Cordelia, en cambio,
cuando su padre la incita a la compentencia, siente que ante esa pregunta -que a su juicio carece de
sentido-, sólo puede callar, pués no concibe al amor como un objeto medible. El
díalogo de la hija menor con el rey es el siguiente:
" -Rey Lear.-qué puedes decir que merezca
un tercio más rico que el de tus hermanas ? Habla !
Cordelia.- Nada, monsenór.
Lear.- ¿Nada?
Cordelia.- Nada.
Lear.- De nada no vendrá nada; habla de nuevo.
Cordelia.- Infeliz de mí, que no puedo llevar
dentro de mis labios el corazón ! Amo a Vuestra majestad conforme a mi deber;
ni más ni menos.
Lear.- Cómo, cómo, Cordelia ! Enmendad un poco
vuestra palabras, si no queréis dañar vuestros intereses."
Unos siglos antes, en la
época de Dante Alighieri (1265-1321) esa concepción del amor no había nacido.
El lenguaje de los vínculos era totalmente distinto. Dante, en la Divina Comedia, habla del afecto
en términos que hoy, después de varios siglos de mercantilización de la vida,
nos resultan extraños:
" la virtud formativa - el alma- irradia
en torno, como cuando vive en los miembros; y como el aire, cuando está
nebuloso, por el rayo ajeno - del sol- que en él refleja, de diverso color se
muestra ornado, así el aire vecino toma la forma que le imprime, virtualmente el alma que se detuvo aquí; y
semejante pués a la llama que sigue al
fuego dondequiera se traslada, sigue el espíritu su forma nueva. Y
porque a esto debe su apariencia, se le llama sombra; y así organiza pués cada
sentido, hasta la vista. De aquí que hablemos y de aquí que riamos, de aquí que
lancemos las lágrimas y los suspiros que por el monte habréis sentido. Según
nos afecten los deseos y los demás afectos, la sombra toma sus formas; y esta
es la razón de lo que admiras "
Sin embargo en su obra, de
claro espíritu medieval, ya aparecen elementos que pre-figuran un cambio de
sensibilidad, por ejemplo respecto de lo temporal. El viaje del Dante va siendo
rigurosamente cronometrado, lo que sugiere ya una transformación sutil pero
fundamental, pués aunque los afectos no son aún concebidos con metáforas
mercantiles, la sóla presencia del tiempo medible, del reloj nos muestra cómo
empieza a infiltrarse una nueva forma de relación del hombre con el mundo (8).
El derrotero de Dante ha sido fechado por la mayoría de los estudiosos en el
año 1300, casi en los últimos suspiros del siglo XIII. En los
dos siglos siguientes las artes plásticas pasarán de ser consideradas una actividad manual inferior, a adquirir la
categoría de conocimiento exacto y reproducción rigurosa de la realidad. La
literatura seguirá en cambio navegando en los mares de la fantasía (9), ajena a
los nuevos aires pletóricos de una vocación por
re-presentar de la naturaleza de una manera exacta . En 1434 L. B. Alberti en su " Tratado
de la Pintura " expone claramente la nueva sensibilidad, ligada a una
escala de valores naciente y a comportamientos sociales que conformarán luego
el espíritu moderno, pero que comienza a tomar forma en el cuatroccento:
"Deseo que el pintor sea el hombre bueno
y docto de las bellas artes..., deseo que adquiera la mayor sabiduría posible
en todas las artes liberales, pero ante todo quiero que aprenda geometría"
Puede pensarse que la
mercantilización progresiva de todas las relaciones, junto al desarrollo de
técnicas de medición y cálculo asociadas a este fenómeno, está en la base de
una transformación de la sensibilidad artística. Pero tambíen es verosimil
considerar que los artistas pre-figuraron a través de sus obras y el desarrollo
de sus propias técnicas, como la invención de la perspectiva en la pintura y
los primeros instrumentos de medición exacta del tiempo, lo que luego la
filosofía y la ciencia naciente explicitarían y profundizarían. En cualquier
caso, no estoy hablando de condiciones ni necesarias ni suficientes, ya que no
pretendo dar una explicación causal del origen de la modernidad sino
historizarla, es decir proponer un sentido posible y verosimil para nuestra
cultura (10).
Uno de los aspectos
fundamentales para entender el paso del
medioevo a la modernidad es, desde mi
perspectiva, el de comprender la prioridad concedida a la cuantificación. He
intentado explicitar cómo la mercantilización de las relaciones que permitió la
emergencia de la pregunta ¿ cuánto me querés ? del Rey Lear a sus hijas, y he
planteado que esa forma de ver el mundo y de formularse preguntas acerca de él
era inexistente en la mentalidad medieval. (11). Una nueva sensibilidad, se va
expandiendo en las ciudades, donde comienzan a gestarse nuevas formas de
interacción humana desconocidas en la baja edad media, aparecen los distintos
gremios con sus propios estilos cognitivos y nuevas formas de relación social.
En este nuevo espacio vivencial que es la ciudad, surgen otros diálogos del
hombre con el mundo. Los pintores comienzan a desarrollar una técnica de
estandarización de sus obras basada en fundamentos geométricos y
transmitiéndola a sus discipulos a través de una nueva forma de organización
propia de la ciudad: los gremios. Los músicos tuvieron una influencia muy
importante en el cambio de la concepción temporal debido a su interés en la
producción de instrumentos de precisión para medir intervalos cortos de tiempo,
necesaria para la composición de música polifónica. Al respecto nos dice el
historiador G. Szamosi:.
" El tiempo métrico se inventó mediante
la teoría y la práctica de una forma musical exclusiva de occidente: la música
polifónica y su notación (12) (...) Lo que las sociedades humanas necesitaron desde
un principio fue seguir la marcha del tiempo, que no tiene nada que ver con
medir el tiempo, aunque a veces se confundan ambas. Seguir la marcha del tiempo
significa que hay que adaptarse a las fases de un cambio periódico del medio.
Para ello todas las civilizaciones construyeron relojes y calendarios, pero los
utilizaban más o menos como los relojes biológicos. (...) Reflejaban el mundo
natural y permitían que la sociedad estuviese preparada ante sucesos futuros
predecibles, pero no medían el tiempo" (G. Szamosi, 1986).
Galileo, en el campo de la filosofía natural (puesto que la
ciencia y la filosofía aún no era concebidas como compartimentos estancos ),
también destacó el rol del tiempo y lo tomó como una magnitud fundamental para
analizar el movimiento. Sus estudios sobre la caida de los cuerpos, la trayectoria de los proyectiles y el
movimiento y rotación de la tierra suelen citarse como hitos fundamentales del
nacimiento de una nueva ciencia, a la que hoy llamamos Física clásica. Uno de
los principales aportes de Galileo para apoyar la teoría copernicana del
movimiento de la tierra, fué su original solución de lo que se conocía con el
nombre de: "El argumento de la Torre". Este planteaba que si se
arroja un objeto desde una torre en línea recta hacia el suelo y éste tarda
unos segundos en descender, en ese tiempo -por ejemplo 4 segundos-, la tierra
se habrá desplazado del punto desde donde se arrojó el objeto unos 1800 metros.
No obstante el objeto no cae casi a 2 Km del punto original: lo hace muy cerca
de él, a los pies de la torre. Este argumento muestra que la tierra no se ha
movido, desde la perspectiva aristotélica. La argumentación es impecable y no
contiene fallas lógicas, ni empíricas ¿ cómo refutarla entonces ? Galileo
planteó otra forma de concebir las cosas, ligadas también a la experiencia y
lógicamente impecable, que si bien no falsaba el argumento de la torre abría la
puerta para otras interpretaciones y por lo tanto otros mundos (13). Lo que
dijo es por demás sencillo, en términos
actuales podría presentarse así: cuando un un pasajero dentro de un vagón de
tren que está en movimiento deja caer un atado de cigarrillos desde una cierta altura, este cae a los piés
de quien lo soltó y no a varios metros de distancia del fumador. Sin embargo
respecto del suelo terrestre, el paquete sí ha quedado a muchos metros del
lugar donde fué soltado. Nosotros creemos que el paquete cayó en línea recta
porque nuestra percepción visual así lo indica, pero la sofisticada
interpretación galileana de la experiencia nos propone pensar el movimiento del
paquete como una parábola que surge de la composición de dos movimientos, uno
vertical debido a la gravedad y otro horizontal en la dirección en que se
desplaza el tren, debido a que el atado de cigarrillos conservó el movimiento
del ferrocarril (esto es precisamente lo que vería un observador desde la
tierra firme, si tuviera los instrumentos adecuados ).
La genialidad de Galileo
radica en la forma novedosa en que encara los problemas, lejos de aferrarse a
las observaciones, las incluye dentro de marcos conceptuales nuevos, producto
de su brillante imaginación y expresados en modelos matemáticos de gran
simplicidad y rigurosidad. El gran historiador de la ciencia B. Cohen nos dice
al respecto:
" Para apreciar cabalmente la índole de los descubrimientos Galileanos,
debemos comprender la importancia del pensamiento abstracto y del uso que le
dio Galileo como herramienta que, en su
refinamiento final, constituyó un instrumento mucho más revolucionario
que el telescopio. Demostró cómo puede relacionarse la abstracción con el mundo
de la experiencia, cómo del pensar sobre la " naturaleza de las cosas
", es posible deducir leyes relacionadas con la observación directa. (B. Cohen, 1961)
Galileo estableció el primer
principio relativista del movimiento. Siempre debemos establecer cuál es el marco de referencia que vamos a
utilizar, para poder decir si algo se ha movido o no, sin dar lugar a la
formación de paradojas . Generalmente esto no suele ser necesario porque en la cultura suelen existir acuerdos
tácitos respecto de los márcos de referencia. Los hombres solo pueden
contentarse con el establecimiento de un
tiempo y un espacio relativos, es decir, convencionales, producto del
acuerdo entre sujetos sobre una base arbitraria. Sin embargo, al
definir una unidad y una escala, al construir instrumentos de medida en base a
ellos, al acostumbrarse la sociedad a estos procedimientos y olvidar su origen,
su artificialidad, su convencionalidad, se producirá en las generaciones
siguientes la ilusión de una medida ABSOLUTA y EXACTA, .
El éxito de la físicia newtoniana colaboró
especialmente para que los hombres de
los siglos XVIII y XIX se forjaran esta ilusión de un conocimiento absoluto,
universal, eterno y completo del universo. Sin embargo, aunque las ideas de
Newton sobre el tiempo y el espacio absoluto
son hipótesis necesarias para
hacer inteligible su teoría, el gran maestro de la física clásica tenía muy
claro la imposibilidad de obtener una medida de estos parámetros absolutos, ya
que por obra y gracia de su propia definición, son independientes de nosotros y
por lo tanto no podemos tener contacto con ellos. Sólo podemos hacer mediciones
en base a escalas definidas arbitrariamente, pero sobre las que nos ponemos de
acuerdo en que serán tomadas como las bases de la medición (14). Una vez fijada una a escala y aceptada por
la sociedad, su caracter convencional se olvida. Su origen se borra y el
proceso se naturaliza. Raramente alguien se pregunta cosas como ¿ a quién
llama la señorita de la hora para preguntarle "que hora es" ? o ¿ con
qué midieron el "metro patrón " los expertos parisinos ?
En la medida en que los
procesos de cuantificación, con sus instrumentos matemáticos como la geometría
analítica de Descartes y el cálculo diferencial-integral de Newton y Leibnitz
por un lado y sus aparatos tecnológicos como el reloj y los patrones de medida,
se fueron haciendo más y más comunes, su presencia permanente los volvió
naturales para el hombre moderno. Procedimientos y preguntas que a Aristóteles
y a los hombres medievales les hubieran resultado absurdos y poco interesantes, emergieron en
el nuevo ambiente social pos-renancentista y moderno como prioritarios y luego
obvios y naturales (15). Los griegos tenían una noción de medida interna, es
decir una relación armónica propia de la naruraleza de las cosas. Esta
concepción se expresó claramente en la idea hipocrática de salud como
equilibrio armónico y en que el término latino "mederi" que significa
" curar" (raiz de la moderna
medicina) se basara en una raiz que significa medir. Sin embargo, esa medida
interna no podía ser expresada en términos cuantitativos, sino que era
reconocida y apreciada por la belleza, salud o armonía del objeto, persona o
sociedad de que se tratara. En cambio, a la modelización matemática del mundo,
basada en la relevancia otorgada a los procedimientos de cuantificación exacta
y rigurosa de la nueva mentalidad mercantil, priviegió la comparación con un
patrón externo y al proceso se le otorgó el pomposo nombre de procedimiento
objetivo. Las nociones abstractas de tiempo y espacio se "naturalizaron" merced a nuevos modos de representación y
se volvieron objetivas para todos aquellos que no conocían su origen. Nótese
que digo que "se volvieron objetivas" y no que "son
objetivas". A diferencia de los epistemólogos clásicos cuyas
concepciones son fundamentalmente
atemporales, me propongo historizar para comprender y, desde esta perspectiva,
lo que ellos pensaban como conocimiento objetivo, y por lo tanto absoluto y
eterno, es concebido por mí como Objetivado por una cultura en un contexto
social específico. Lo que la
epistemología clásica llamaba "conocimiento objetivo" no es más que
el producto de un proceso histórico de estandarización perceptual y cognitiva.
Así, el tiempo, el espacio, la masa, todos esos términos que
hoy imaginamos que re-presentan entidades eminentemente concretas , no
son más que una compleja construcción mental absolutamente abstracta, cuya
única "concretud" reside en que estamos
acostumbrados a los relojes, los metros y las balanzas y hemos olvidado su
origen. La Modernidad, fijó las
coordenadas (16), para concebir lo
posible y lo relevante, priorizó lo cuantitativo y construyó los
instrumentos de medida, estableció procedimientos canónicos para hacer las
cosas tanto en la ciencia como en algunas disciplinas artísticas, en particular
la pintura. El realismo, es fruto de la
estandarización. En la pintura, la perspectiva fué el modo de presentar
visualmente esa nueva sensibilidad moderna. El pintor renacentista, lleva la
geometrización del espacio al arte, pinta como si estuviera viendo al mundo
desde una ventana abierta, pero él mismo no está allí, se halla más atrás,
fuera del espacio de representación,
ajeno e independiente a esa realidad creando la ilusión de que es capaz de
re-presentar la realidad "tal cuál es". Sin embargo, ese pintor está
estático y con un ojo cerrado, haciendo un recorte de su mundo perceptual para
presentarlo estandarizadamente en una tela, gracias a las reglas geométricas de
la perspectiva . Para la física clásica el sistema de coordenadas
tridimensional es LA REPRESENTACION del espacio (17), correspondiente a la
geometría euclidiana. El espacio abstracto del cuadro era, desde esta
concepción, capaz de contener cualquier "realidad" mientras se sigan
las leyes de construcción perspectivista. Las enseñanzas de Euclides
establecían cómo era el espacio -en
esa época nadie soñaba en que pudiera haber más de una geometría- y la pintura
lo re-presentaba. El físico y el pintor consideraban que estaban separados del mundo que plasmaban
en sus obras. EL mundo era para ellos anterior e independiente de la
representación humana, por lo tanto la física y la pintura eran un "espejo
de la naturaleza". EL sujeto, al que Descartes había dado nacimiento en
sus meditaciones filosóficas no
encuentra lugar alguno en el mundo de la modernidad, de él sólo se espera que
sea objetivo, que observe el mundo desde afuera de si mismo, que cumpla las reglas, que se comporte como
" se debe ", en fin que trate ... de no ser subjetivo. Tamaña proeza
se logrará mediante una educación uniforme (18), en relación directa con la
emergencia de un "sujeto arquetípico": El normal. Paradójicamente el
sujeto de la modernidad, el que cree tener un punto de vista semejante a la
perspectiva de Dios, es decir externo al mundo, absoluto y universal, aquel que se separa de la naturaleza para
dominarla, aquel que hace del saber un poder, ese sujeto cartesiano no puede
dar cuenta de sí mismo, está fuera del cuadro del universo, como el pintor de
la perspectiva. La suposición de un
conocimiento objetivo, eliminó la subjetividad del sujeto como algo
digno de ser tenido en cuenta por la ciencia o por la sociedad. Las emociones.
las pasiones y la imaginación debían ser
dominadas al igual que la naturaleza. El sujeto del universo reloj es él mismo
un autómata capaz de objetivar, un puesto de trabajo en la línea de producción
(19). Así, la serpiente se comió la cola, el cuadro del universo no incluyó a su
creador, el sujeto sólo tenía la libertad de seguir las reglas, de adecuarse al
ideal de ser cada vez más una mente pura
que refleja el mundo externo y es capaz de manipularlo a su antojo... sólo que
no puede dar cuenta de su antojo y que él mismo puede ser manejado como un
objeto cualquiera.
La concepción moderna del mundo
La modernidad generó un
estilo narrativo aséptico, en una tercera persona genérica e incorpórea. Desde
el magnífico estilo de Galileo, vivaz y lleno de colorido, digno del gran publicitario
que fue y de la convincente prosa de Descartes (20), pasamos a una belleza más
parca pero todavía vital de Newton. De allí en adelante comenzó a imponerse un modo estandarizado de
narración del trabajo científico en
donde el "yo me maravillo" del gran científico italiano fue
reemplazado por el " se sabe " de las publicaciones actuales. La
ética, la estética, los odios y los amores, los gustos y los olores no figuran
en el gran libro de la naturaleza que escribieron los científicos clásicos. Estos creyeron poseer
una imagen completa del universo, total, absoluta y objetiva. Kant llegó
incluso a considerar que gracias al imponente trabajo de Newton y sus sucesores
se había desentrañado el esquema general del universo, y si algo faltaba era
sólo cuestión de detalle.
La imagen del cosmos
forjada en la época moderna nos muestra
un gran mecanismo, compuesto de piezas elementales independientes cuyo
funcionamiento está regido por leyes invariables y eternas. Un mundo donde el
único cambio es el lento pasar de las manecillas del reloj, su símbolo por
antonomasia, que siempre vuelve a su posición inicial restableciendo todas las
piezas a su lugar original. Un universo
estable, donde sólo están permitidos los desplazamientos reversibles y las
relaciones lineales. Un mundo donde cada partícula es independiente y sólo
pueden darse interacciones mecánicas, donde no se producen transformaciones.
La idea de un mundo
mecánico, está estrechamente ligada a la
concepción analítica del
conocimiento, que busca una unidad
elemental que explique el comportamiento de un todo mayor a partir de las
propiedades de sus unidades componentes. Siguiendo con la metáfora del reloj,
podemos decir que el mecanismo puede ser desmontado y estudiado pieza por pieza
y que su funcionamiento puede ser explicado por el de sus partes componentes,
que no se transforman en ningún momento. Desde esta perspectiva los químicos
intentaron comprender el comportamiento de las sustancias complejas a partir de
sus componentes más simples; y los biologos pensaron las funciones del organismo a partir de
unidades cada vez más pequeñas: órganos, tejidos, células; los medicos
dividieron el conocimiento de la " maquina humana " entre
decenas de especialidades, y cada una se ocupaba de su " aparato "
correspondiente. Los psicologos conductistas pretendieron explicar el
comportamiento como una relación lineal estímulo respuesta; y la sociología
mecanicista abordaba el análisis de la sociedad como resultante de la sumatoria
de las acciones de los individuos aislados. El análisis positivista del
lenguaje se basaba en considerar a la palabra como portadora per se de los significados ( atomismo
lingüístico ). La economía también fue reducida a un modelo simple, lineal cuya
meta era un "progreso equilibrado" y la administración podía
confundirse con una ciencia de los balances.
La metáfora del Universo
Reloj, además de su ligazón conceptual con el método analítico tienen varios
supuestos subyacentes más. Entre ellos debemos destacar tres: a) Las relaciones
entre los elementos no pueden ser transformadoras. Esto quiere decir que la
partícula elemental (el engranaje) no cambia, es estable, eterna e igual a si
misma: hipótesis de identidad estática.
b) En las relaciones mecánicas el todo
siempre es igual a la suma de las partes ( no hay interacciones facilitadoras,
ni inhibidoras, sólo transmisión y equivalencia): hipótesis de Totalidad Desarmable. c) El sistema mecánico sólo se
ve afectado por el cambio de unas pocas variables mientras el resto del universo
se considera que permanece constante y no lo afecta: hipótesis de independencia absoluta.
Un aspecto central de la
concepción moderna se relaciona con la idea que los sistemas mecánicos están
concebidos para funcionar en contextos especificados, que no afecten su
funcionamiento. Para controlar a la naturaleza hay que generar condiciones de
aislamiento que admitan ser reguladas por el hombre. Para que el reloj funcione
adecuadamente el mecanismo debe estar cerrado
a las influencias externas, protegido por una caja herméticamente sellada. Es
justamente, la producción artificial de estos ámbitos regulados lo que permitió
que se desarrollara la ilusión de un contexto
estable e independiente. Sin embargo, la mentalidad moderna naturalizó este
proceder artificioso y planteó la existencia de un mundo estable y un contexto
único. En la física el espacio y el tiempo absolutos conformaron el
contexto universal. A nivel de la organización social la Revolución Industrial
produjo un impresionante aumento de la estandarización de la producción y de la
rutina de trabajo. El acento que pone la industria moderna en la eficiencia
está en relación directa con creencia en la estabilidad del contexto. La eficiencia es un concepto monodimensional,
ya que se elige un parámetro al que se privilegia por sobre todos los demás y
se establece respecto de él una escala de medición cuantitativa (21). El método
exige que el resto de las variables se comporte de modo estable.
El universo de la simplicidad, el mundo reloj de la modernidad,
aquel al que la epistemología clásica concibió como objetivo, también puede ser
entendido como una monumental construcción humana producida a través de sujetos
sociales firmemente convencidos de su verdad y que, gracias a ello fueron
capaces de generar los procesos de estandarización, y de crear los contextos
artificiales adecuados al horizonte de sentido que ellos mismo se trazaron. La
vida en la ciudad, la rutinización del trabajo, la construcción de maquinarias
y el establecimiento de una disciplina social rígida, apoyada por una educación
común y un control permanente, mantuvieron durante muchas décadas la
estabilidad pre-supuesta.
La Modernidad concibió lo humano dividido en
compartimentos estancos. Desde la mirada newtoniana conocimiento/ emoción/ acción
son esferas incomunicadas, absolutamente autónomas. Se impuso socialmente una confianza ilimitada
en los poderes de la razón y en que la ciencia impulsaría el progreso
permanente si los seres humanos se
mostraban capaces de dominar sus sentimientos y disciplinar su accionar detrás
de los dictados de la razón.A su vez, el
hombre se pensaba radicalmente separado de la naturaleza, observador y
observado era términos rigurosamente separados.
En un universo domesticado de esencias
estables, de procesos reversibles, de leyes universales. reglado y predictible
en el que el hombre se concebía separado
de la naturaleza, se sentía ajeno, creía poder obsevar desde una perspectiva
exterior, independiente y arrancar al
mundo objeto sus secretos para dominarlo a su arbitrio, sólo un proyecto era posible: conocer para dominar.
La concepción clásica
tomaba a la separación radical sujeto-objeto como un verdad incuestionable (22)
y no como una perspectiva particular, entre otras muchas posibles. El conocimiento humano podría llegar a
abarcarlo todo, podían llegar a establecerse teorías completas sobre el mundo.
Sin embargo, hoy nos damos cuenta que al expulsar lo cualitativo, y privilegiar
exclusivamente lo cuantificable; al mecanizar el cosmos y separar el cuerpo y
el alma del hombre; quedaron fuera del
mundo de la ciencia la emoción y la belleza,la ética y la estética, el color y el dolor, el espíritu y la fe, el
arte y la filosofía, el cuerpo emocional y el mundo subjetivo. El sujeto de la objetividad no podía dar
cuenta de si mismo, porque no se veía a si mismo, era un hombre desencarnado. Este dicotomía radical entre arte y ciencia,
razón y emoción, cuerpo y alma impactó fuertemente en el desarrollo de las
ciencias humanas ¿cómo hacer ciencia de los sujetos sin poder pensar la
subjetividad? ¿cómo describir lo cualitativo a partir de lo cuantitativo ? El hombre que creía haber domesticado al
universo, se había perdido a si mismo.
Nuevas lentes para un nuevo mundo
La modernidad tuvo una
concepción ingenua del proceso cognitivo en general y de la percepción en
particular, al suponer que percibimos
" lo que hay en el mundo tal cual es". Este punto de vista, aún muy
extendido, comenzó a perder fuerza desde principios de siglo. pero sólo a
después de la segunda guerra comenzaron a plantearse divergencias cada vez más
sistemática y generalizadas . La crítica a la imagen del mundo como un conjunto
de esencias inmutables (átomos, neuronas, unidades económicas, etc) que debían
ser descubiertas gracias a la razón y la observación y reflejadas en el
lenguaje, comenzaron a tomar fuerza en la década del sesenta con los trabajos
de Wittgenstein sobre los juegos del lenguaje y los de Kuhn sobre los
paradigmas. Estos planteos se profundizaron en los setenta y ochenta con los
trabajos de Habermas y con un gran
caudal de investigaciones sobre las bases metafóricas y retóricas de nuestro
conocimiento del mundo, entre los que se destacan los trabajos de Lakoff y
Johnson. Por otra parte, estos planteos se fueron enriqueciendo con aportes de
muy variado origen, desde la crítica feminista de E. Fox Keller que puso sobre
el tapete sobre las bases androcéntricas (machistas) que se encuentran en el
sustrato de la supuesta neutralidad de la ciencia, y la profundización de los
trabajos de M. Foucault sobre las relaciones entre el conocimiento, poder y
control; se agregaron a estos planteos las preguntas lanzadas por la nueva
sociología de la ciencia representada entre otros por Latour y Barnes y el
desarrollo del constuctivismo de Von Foerster y Von Glaserfeld y el
construccionismo social de Berger,
Luckmann y K. Gergen y la "ecología de la mente" de Bateson. Una
línea de aportes fundamentales para este giro conceptual se relaciona que el
amplio desarrollo en los ochenta y los noventa de innovadoras teorías y
prácticas comunicacionales y por supuesto los enfoques semióticos que empezaron
a tomar fuerza en los sesenta con Barthes
hasta llegar a un punto sin retorno con el deconstruccionismo de Derrida.
Todos
estos movimientos, conspiran desde diversas disciplinas contra la mirada
modernista del conocimiento como un reflejo de la realidad.
Las novedades no provienen
exclusivamente del campo de la filosofía,
de la epistemología ni de la semiótica sino que se nutren con
importantes hallazgos de la psicología de la percepción, de la moderna
neurofisiología, y de las ciencias
cognitivas. Aunque algunos de los más importantes trabajos científicos sobre la
percepción fueron realizados a fines del siglo pasado y confirmados
repetidamente en las primeras décadas de este siglo, sólo en la actualidad se
los ha valorado en toda su amplitud. Uno de los más famosos y sencillos
experimentos relata una experiencia en
que se le colocaron a un individuo unos anteojos con lentes inversos, de tal
manera de que viera todo "cabeza para abajo". La primera reacción del
sujeto fué de una gran confusión y desorientación y un período de visión
confusa, pero en la medida en se acostumbraba a moverse en su " nuevo
mundo ", todo su campo visual se transformó, y los objetos volvieron a
verse en la posición "normal", es decir, igual que antes de usar los
lentes. Si en esa nueva situación se le sacaban los anteojos su visión se
invertía nuevamente y sin ellos veía el mundo "patas para arriba";
aunque, nuevamente, el período de visión invertida solo duraba un tiempo y
luego el individuo recuperaba su visión " normal ". Se puede ver a
través de este experimento que el cerebro organiza la información recibida por
los sentidos de tal manera que el individuo tenga una visión coherente,
compatible con una acción eficaz en el mundo. Para lograrlo el sistema nervioso
y el cerebro utilizan la información obtenida por los otros sentidos. Un
eminente neurofisiólogo, dijo al respecto que " vemos con nuestras piernas
". A partir de experiencias similares, Heinz von Foerster propuso que debemos asumir
que la sensación por sí sóla es
insuficiente para la percepción, ya que es necesario correlacionar los
cambios de la sensación con la propia actividad motora, es decir con nuestros
movimientos de control, giros de la cabeza, cambios de nuestra posición,
etc." ( Von Foerster, @)Tomando las
palabras del biólogo Francisco Varela podemos decir que "lo que el
organismo detecta como su mundo, depende de su comportamiento ya que ambas
cosas son inseparables" (Varela, 1984)
El fenómeno visual es
complejo y excede largamente a los estudios de óptica física. La visión humana es un proceso que sólo puede
explicarse superficialmente con la metáfora de la cámara fotográfica. Si
queremos pensar el fenómeno de la percepción ligado a los procesos de
conocimiento, la situación se torna mucho más compleja aún. Lo que vemos, en
tanto experiencia visual humana, depende de la perspectiva en que estamos
mirando y hoy a casi un siglo de la teoría de la relatividad, resultaría
absurdo afirmar que existe una perspectiva privilegiada. Más aún, no tenemos
que olvidar que la experiencia visual ha sido traducida al lenguaje hablado y
que lo que decimos que vemos resulta influido no sólo por la información
recibida sino por nuestra capacidad para nombrarla. A su vez, aquello que
logramos ver, está en relación con nuestra experiencia previa tanto visual como
linguística y cognitiva. Veamos el caso de tres hipotéticos astrónomos mirando
la puesta del sol. El primero, partidario de un modelo astronómico geocéntrico,
muy poco románticamente informa: "Veo el sol ponerse en el
horizonte". El segundo, copernicano convencido, dirá: " Veo al
horizonte moverse hacia arriba ". Y el tercero, un astrónomo egipcio,
resucitado especialmente para este diálogo imaginario exclamará: Veo que Ra está por esconderse con su barca.
Frente a imágenes más
complejas, tendremos que tener en cuenta
que no sólo que estamos viendo las cosas desde cierta perspectiva, sino también
que filtramos la información visual al focalizar la atención en ciertas cosas,
que nuestros conocimientos previos sobre " qué debemos ver allí "
guiarán en buena parte el proceso perceptivo y que aquello hemos visto sólo
podrá formar parte de un conocimiento público a través del lenguaje.
Quienes hayan trabajado con
microscopios, o quienes desean aprender a ver una radiografía o una ecografía,
saben de la gran dificultad y del complejo proceso que permite a un hombre
llegar a ver " lo que según sus maestros debe ver ".
Todavía podemos avanzar un
poco más en el análisis y considerar la siguiente afirmación: " Veo que la
computadora no está sobre la mesa ". Esta frase es absolutamente
ininteligible desde el punto de vista ingenuo, pués es obvio que la " no
presencia " de la computadora, jamás podría ser considerada como "
algo que está " allí afuera en el mundo". Sin embargo la frase está
escrita en castellano y es perfectamente entendible por cualquiera. Esto es así
porque nuestras experiencias visuales
incluyen nuestas expectativas y nuestos conocimientos previos. Es por
comparación con el " modelo esperado " - que la computadora se
encuentre sobre la mesa- que alguien puede decir que no ve allí una
computadora.
Hemos visto cómo percepción
y conocimiento se realimentan mutuamente y hemos empezado a considerar el rol
del lenguaje en estos procesos. A medida que nos vamos separando de la
concepción ingenua que plantea que el proceso cognitivo es pasivo a la manera
de un espejo que refleja la imagen de un objeto independiente de él, se abren
ante nosotros muchas dimensiones de análisis y diversas disciplinas que las han
abordado (neurofisiología, psicología cognitiva, cibernética, entre otras ). La
epistemología también ha focalizado su interés en este proceso. Varios autores,
entre los que se destacan: N. Russell Hanson,
T. S. Khun, von Foerster, G. Bateson, P. Feyerabend, y Polanyi, desde
distintas perspectivas de la tradición anglosajona y M. Foucault, G. Bachelard,
E. Morin, P. Thuillier desde el pensamiento francés, han coincidido en destacar
la mutidimensionalidad del fenómeno perceptivo-cognitivo y la imprescindible e
inevitable influencia del lenguaje en el proceso.
Desde esta línea de
pensamiento, Lakoff y Johnson, han planteado que: "Nuestro sistema conceptual ordinario, en términos del cual
pensamos y actuamos, es fundamentalmente de naturaleza metafórica. "
(Lakoff y Johnson, 1991)
Es decir, que no sólo
hablamos con metáforas, sino que pensamos a través de ellas. Aunque el término
ha sido utilizado por distintos autores de diferentes maneras, en este trabajo la metáfora es concebida como un
dispositivo guía de un proceso cognitivo-perceptual (ya que desde nuestra
perspectiva en los humanos la experiencia perceptual es ya una experiencia
cognitiva). Si pensamos en las metáforas de la física clásica que hemos
comentado: el reloj, por ejemplo,
expresa la idea de un mecánismo, invariable, exacto y predictible, que puede
ser desmontado y estudiado pieza por pieza y su funcionamiento puede ser
explicado por el de sus partes componentes. Estas propiedades les son
atribuidas metafóricamente al Universo
como un todo. De esta manera teorías que muy abstractas, se presentan a través
de metáforas que tienen un sustrato más tangible. Munidos de estos instrumentos
cognitivos los hombres de la modernidad produjeron desarrollos magníficos en
los campos de la física, la astronomía, la ingeniería mecánica y muchas otras
ciencias. Favorecieron la producción de variadas tecnologías para las más diversas industrias y
actividades, desde tecnologías "duras" ( máquinas, herramientas,
aparatatos diversos ) hasta "tecnologías sociales" basadas en una
concepción individualista de la vida social fundamentada en la creencia en la
nocíón de sujeto independiente, tanto de los otros sujetos como de la
naturaleza: el átomo humano: el
individuo (indivisible), engranaje de la gran máquina universal. Paradojal
realidad la de este sujeto absolutamente independiente pero cuya única libertad
consiste en seguir las leyes universales de una naturaleza maquínica de la que
se supone ajeno. Las leyes del mundo físico no pueden cambiarse, pero pueden
ser ser utilizadas para manipular la naturaleza y manipularla, utilizando el
concocimiento newtoniano de las mismas. Pero si la razón misma es mecánica, si todo está rígidamente determinado, aún
nuestros más profundos deseos ¿ Qué espacio queda para la libertad, para la ética y para la creatividad ?
Mientras el universo
domesticado se comportó docilmente, los procesos de estandarización permitieron
que se estableza una forma específica de mirada y de acción en el mundo, que
contribuyeron a sostener la concepción ingenua del conocimiento. Sin embargo,
"maldad de la naturaleza" y, justo es decir, en particular la de la
naturaleza humana, dejaron que algunas nubes oscurecieran el horizonte
iluminadado de la modernidad. Hacia fines del siglo pasado anomalías cada vez
más llamativas comenzaron a brotar, paradojas persistentes y dificultades
crecientes inquietaron los sueño de felicidad eterna y progreso permanente. El
sujeto, sintió el ruido que anunciaba el fin de su letargo maquínico, las
viejas certezas se pusieron en duda y lo natural ya no lo fue tanto, los
fundamentos indubitables comenzaron a resquebrajarse. Hoy, las construcciones
conceptuales que se creían imperecederas muestran signos de profunda
descomposición.
Navegando hacia el mar de la complejidad
Trescientos años después de
la gran síntesis newtoniana, los científicos desalentados por el fracaso en la
búsqueda de partículas elementales, han
comenzado a utilizar otras metáforas, y
a concebir modelos más complejos, ricos y extraños. El mundo " de los
ladrillitos elementales " se desmoronó estrepitósamente al sonido de las
trompetas cuánticas. Todo el universo físico es visto hoy como una inmensa
" red de interacciones " donde nada puede definirse de manera
absolutamente independiente y en el que se enseñorea el "efecto mariposa
" ( que dice que cuando una mariposa aletea en el Mar de la China puede
"causar" un tornado en New York ). La concepción de la partícula, y
por lo tanto de la materia, se ha transformado al punto de que podemos decir
que se ha desmaterializado. Hemos pasado de una concepción estática ( el átomo
como una bola de billar ) a una descripción dinámica que nos habla de una red o
patron de interacciones.
La transformación
conceptual que viene de la mano de una nueva metáfora como la del universo como
red o entramado de relaciones (y los individuos como nodos de esa red) excede
largamente a la transformación de la imágen del mundo propuesta por la física.
La linguística ha recorrido un largo camino en este siglo, dejando muy atrás
las concepciones atomistas y la metáfora
del lenguaje como "espejo " de la realidad para plantear en la
actualidad una multiplicidad de concepciones que han abandonado la idea de la palabra como partícula elemental del
lenguaje, para presentarnos una concepción
en red multidimensional de los
fenómenos linguísticos. En el ámbito de la sociología, de las teorías
organizacionales y de la economía no ha sido menos dramática la transformación
de las ideas sobre de la organización social. Desde una concepción mecánica,
con interaciones rígidas propias de la metáfora " piramidal " de
organización característica del Taylorismo estamos asistiendo a la legitimación
de otras formas de concebir lo social: la redes y las organizaciones "
heterarquicas ". La Batalla de las Islas Midway nos provee de un
maravilloso ejemplo para diferenciar la concepción jerárquica -donde sólo
gobierna el " Jefe Supremo " y la línea de mando va únicamente de
arriba hacia abajo - del modelo
heterárquico donde el poder circula. En esa contienda " la flota japonesa
estuvo a punto de destruir a la estadounidense. En verdad el barco insignia de
los Estados Unidos fue hundido en los primeros minutos, y su flota fue
abandonada a su propia organización, yendo de una jerarquía a una heterarquía.
Lo que pasó entonces fue que el encargado de cada barco, grande o pequeño,
tomaba el comando de toda la flota cuando se daba cuenta de que, dada su
posición en ese momento, sabía mejor lo que iba a hacer. Como todos sabemos, el
resultado fue la destrucción de la flota japonesa.". Este modelo de organización heterárquica no sólo ha
dado grandes resultado en la estrategia militar sino que ha guiado buena parte de la
investigación en redes neuronales, una de los proyectos científicos más
importantes de fin de siglo. En el campo de la información y las
comunicaciones, la revolución no ha sido menos drástica: las redes informáticas
sustituyeron casi completamente a las gigantes computadoras que centralizaban
toda la información por un sistema de alta interconexión, donde la misma ésta distribuida y es más rápida y
eficientemente accesible.
Una vez que se ha
establecido la conexión metafórica, no es dificil "ver" las cosas en
términos de redes. Toda empresa, por ejemplo, tiene un organigrama que se
supone representa su estructura organizacional, sin embargo todos los que han
trabajado en instituciones saben que existe un entramado de relaciones que
excede y se diferencia enormemente del esquema formal. Las teorías clásicas no
podían dar cuenta de esta red de relaciones informales porque no las veían, el
tamiz metodológico caracterizado por la metáfora mecanicista dejaba pasar todo
lo que no era formalizable dentro de los estrachos marcos de la matemática
linealizable y retenía sólo las "estructuras formales". Esta
invisibilidad de las relaciones informales se debía a que la mentalidad
newtoniana no contaba con un sistema conceptual que permitiera legitimar cognitivamente aquello que no era
cuantificable y formalizable dentro su marco teórico-metodológico.. Todavía hoy
tenemos grandes dificultades para legitimar el punto de vista implicado en la
metáfora de la red, tanto a nivel de las organizaciones propiamente dichas como
de la sociedad en su conjunto. La mayoría de las personas siguen pensándose
como individuos aislados (partículas elementales ) y no como parte de múltiples
redes de interacciones: familiares, de amistad, laborales, recreativas (ser
miembros de un club), políticas ( formales: ser miembros de un partido,
informales : ser votantes, simpatizantes de una organización ), culturales
( haber pertenecido o participar actualmente de una institución cultural o
educativa ), informativas ( ser lectores o escritores o productores en o de un medio de
comunicación ), etc. Las disciplinas científicas siguen en muchos casos
pensando en términos de compartimentos estancos y territorios exclusivos,
creyendose independientes de la cultura y la sociedad que las nutre. Sin embargo,
son cada vez más los que adoptan otros
paradigmas, otros sistemas de enfoque y generan nuevas narraciones y escenarios
donde transcurre la vida social del hombre de fines de la modernidad. Las
ciencias de la administración han pasado a pensarse como ciencias de gestión,
para dar cuenta de la multidimensionalidad que se abre cuando pasamos de las
metáforas mecánicas a las ciencias de la complejidad, inmersa en una cultura de
interacciones dinámicas y profundas transformaciones. Una cultura que no piensa al universo como un reloj sino como
"archipiélagos de orden en un mar de caos": la cultura de la
complejidad. La civilización que creyó en las certezas definitivas, en el
conocimiento absoluto y el progreso permanente ha comenzado a derrumbarse y
están abriéndose paso nuevos modos de pensar y vivir en el mundo.
Desde finales del siglo
pasado la concepción newtoniana y moderna del mundo comenzó a presentar
importantes fisuras, la geometría euclidiana que se suponía absoluta, completa
y única tuvo que tolerar la aparición de otras competidoras tan coherentes y
consistentes como ella misma, la física relativista y la cuántica abrieron el
juego a una nueva concepción del
observador y de la realidad, la termodinámica de sistemas abiertos generó
un espacio de pensamiento novedoso para los problemas del determinismo y el azar, además de dar cuenta de los procesos irreversibles y de la historia en
la física. En la actualidad, se están abriendo paso nuevas concepciones que
contemplan a la evolución de una manera muy distinta a la metáfora competitiva de la
"supervivencia de los más aptos" . La aparición, propagación e
incorporación de nuevos términos como co-evolución, salto, diversidad,
organización compleja, auto-organización, así como la extensión del estado de deliberación
sobre los fundamentos de la biología hacen pensar nos estamos aproximando a un
cambio paradigmático muy profundo.
@@agregar complejidad
¿Qué ha pasado en este
tiempo con las ciencias humanas y el sujeto ? Mientras la evolución de la
física puede concebirse según Einstein como un desarrollo contra el sentido
común, basado en la producción de lo que Popper denominó como "conjeturas
audaces" y los científicos "duros" dieron rienda suelta a la
imaginación creativa sin consultar a epistemólogos ni metodólogos sobre cómo
llevar adelante su tarea, los investigadores en ciencias "blandas"
han vivido una verdadera tiranía metodológica. La epistemología
empirísta-positivista se autoerigió en juez de la cientificidad y elevó su
peculiar concepción de lo científico a la categoría de lo que la ciencia es. Esto
ha llevado a que todos aquellos que aceptaron su discurso, a desarrollar
programas de investigación lejos de la toda teorización atrevida; es decir, a
quedar con los pies en la tierra, y la cabeza también. Quienes, por el
contrario, desoyeron los dictámenes del tribunal epistemológico, fueron
expulsados de la santa tierra científica y sus hipótesis fueron calificadas de
irracionales, pseudocientíficas o meras fantasías.En particular, todas las
teorías del sujeto (23) que salieran del marco clásico quedaron en el limbo de
la no-ciencia.
A partir de mediados de este siglo, comenzaron
a oirse nuevas narraciones que abrieron insospechados espacios de búsqueda.
Todos los pensadores pos-positivistas coinciden en que el conocimiento no puede
ser ya concebido como la imagen especular de la realidad. Sino que el
conocimiento expresa la forma peculiar de la relación humano-mundo en un
lenguaje simbólico producto de la vida cultural y del intercambio con el medio ambiente.@@
El sujeto, desde la perspectiva de las
ciencias de la complejidad, es una unidad
heterogénea, una organización emergente de la interacción de
sub-organizaciones entre las que se destacan la cognición, la emoción y la
acción, que son las formas de
interacción del sujeto con el mundo. El
sujeto no es un ser, una sustancia, una estructura o una cosa sino un devenir
en las interacciones. Las nociones de historia
y vínculos son los pilares fundamentales para la construcción de una nueva
perspectiva transformadora de nuestra experiencia del mundo no sólo en el nivel
conceptual, sino que implica también a nuestra sensibilidad y nuestro accionar,
ya que desde la mirada compleja estas dimensiones son inseparables en el vivir
humano. El sujeto no es lo dado biológicamente, sino lo construido en el
intercambio en un medio social humano, que a su vez está en interacción
constante con otros contextos. Es a través de los vínculos sociales de afecto,
de lenguaje, de comportamientos que el sujeto se va auto-organizando (24).
Ahora bien, no debemos confundir el sujeto con la subjetividad. Esta es la forma peculiar que adopta el vínculo
humano-mundo en cada uno de nosotros, es el espacio de libertad y creatividad,
el espacio de la ética. Pero el sujeto no es solamente el asiento de la
subjetividad sino una organización compleja capaz también de objetivar, es
decir, de convenir, de acordar en el seno de la comunidad, de producir un
imaginario común y por tanto de construir su realidad. Lo que los
positivistas llamaban "el mundo objetivo" es para las ciencias de la
complejidad una realidad construida desde un imaginario social compartido, por
sujetos que son parte no disociable de ese mundo. El mundo en que vivimos es un mundo humano, mundo simbólico, mundo
construido en nuestra interacción con lo real, con lo que está afuera del
lenguaje, con el misterio que opone resistencia a nuestras creaciones y a la
vez es la condición de posibilidad de las mismas.
La tensión esencial
El sujeto complejo es parte
de la naturaleza, pero tomando prestadas las palabras de Saussure, podemos
decir que lo único natural en él es su artificialidad, es decir su capacidad de
general mundos humanos.Este sujeto complejo se ve a si mismo construir el
mundo, se ve unido al mundo, perteneciente a él y con autonomía relativa,
inseparable y a la vez distinguible. El sujeto complejo ocupa un lugar
paradojal: es a la vez construido y constructor.
El sujeto cartesiano
construyó un mundo estable, de sustancias eternas y relaciones matemáticas
expresadas en leyes universales. Un mundo de líneas causales independientes, y
absolutamente predictibles en su curso. Un mundo donde el sujeto.estaba
dividido en compartimentos estancos: cuerpo y alma, cognición-emoción-acción.
Un mundo donde el hombre estaba sólo en un "mundo extraño, sordo a su
ruido como a su música " como dijera Monod.
El sujeto complejo, en cambio, se sabe partícipe y co-artífice del mundo en
que vive, un mundo en interacción, de redes fluidas en evolución, un mundo en
que son posibles tanto el determinismo
cómo el azar, el cristal y el humo, acontecimiento y linealidad, sorpresa y
conocimiento.
Un mundo donde el sujeto no es mera subjetividad, ni el mundo pura objetividad.
En fin, un universo víncular en evolución un mundo atravesado por la emoción,
co-creado en la acción y concebido en la interacción del sujeto complejo con lo
real. Un mundo en el que surgen distintos escenarios desde diversas
convocatorias.Un mundo donde la certeza es menos importante que la creatividad
y la predicción menos que la comprensión. Un mundo interconectado donde ninguna
guerra nos es ajena, donde la paz no puede ser concebida como el fruto del
triunfo de los buenos sobre los malos, sino como el resultado del
reconocimiento de la legitimidad del otro, de su racionalidad, de su accionar y
de la apertura a un diálogo emocionado en una interacción que no niegue el
conflicto sino que reconozca la diferencia como la única vía hacia la
evolución.
(1)
Prigogine & Stengers "La nueva alianza"
(2)
Posmoderno, tardomoderno, sobremoderno son algúnos de los términos utilizadas
para nombran a neustra época. No es éste el lugar de discutir las virtudes y
defectos de cada una, pero si de aclarar cómo en que sentido hablo del fin de
la modernidad. Mi propósito es indicar
que estamos saliendo de una época, que aún no pasamos a otra
civilización sino que más bien estamos viviendo a la vez la agonía de un modo
de vida-conocimiento-acción y que estamos empezando a parir otras formas de
relacionarnos con los contextos en que con-vivimos.
(3)
Esta era la única forma de justificar el movimiento de la tierra que va contra
toda experiencia sensorial.
(4)
Considero al sentido común como la parte más estable y compartida del
conocimiento social en un momento dado. Por lo tanto, una nueva teoría siempre
se encuentra alejada del "sentido común" ya que este ha sido forjado
según el estilo cognitivo de teorías, paradigmas y cosmovisiones anteriores.
(5)
Es curioso que esta sofisticación de la experiencia haya sido pensada desde la
perpectiva de la simplicidad. La perplejidad sólo desaparece si distinguimos
los planos en que se estructura esta concepción. La experiencia se sofistica
porque incluye nuevos elementos provenientes de la imaginación y estructuración
conceptual propia de los modelos matemáticos que modifican la percepción. Por
otra parte si atendemos exclusivamente al producto y no al proceso de la
experiencia, este es más simple en tanto que elimina la diversidad cualitatica
y se expresa en un sólo registro: el de las formas geométricas abstractas y
descarnadas. De allí que si atendemos sólo a los productos hablemos de un
paradigma de la simplicidad.
(6)
La pregunta por el origen es la pregunta mítica por exelencia y es
particularmente paradójica en nuestra tradición occidental desde el momento en
que Parménides decretó que algo no puede surgir de la nada. ( Ver Najmanovich,
1994 ). En este trabajo no pretendo establecer la verdadera y única historia,
sino ejercer una función historizante para construir una narración posible y
coherente que permita producir sentido en nuestro navegar histórico. Es en este
sentido un ejercicio de desatino controlado, porque intenta narrar lo
inenarrable y en este sentido es casi una locura, pero es una locura
controlada, un ejercicio de suspención temporaria de la incredulidad, para
poder anclar el pensamiento e intentar comprender, y en este sentido es la
acción más alejada del desatino. Estrategia paradojal y sin embargo eficaz y
habitual en nuesta especie, que H. Atlan denominó como razón astuta ( Atlan, 1991 ).
(7)
En 1447 Gutenberg imprimió el primera calendario con la imprenta de tipos
móviles de su invención. A partir de 1468 este invento se extendió
paulatinamente por toda Europa.
(8)
El reloj es el emblema de la modernidad. Símbolo a la vez de la nueva ciencia y
sus modos de objetivación y de la vida ciudadana y su nueva naturaleza
artificial y sistemas de regimentación social. En buena parte de las sociedades
el tiempo es la unidad de medida del trabajo y del salario. " El tiempo es
oro " es sólo una de las metáforas características del espíritu moderno.
(9)
Octavio Paz ha planteado claramente esta vocación antipoética de la modernidad.
" El racionalismo Burgués es, por decirlo así, constitucionalmente adverso
a la poesía (...) La poesía no es un género moderno; su naturaleza profunda es
hostil o indiferente a los dogmas de la modernidad: el progreso y la sobre
valoración del futuro. (...) la poesía cualquiera sea el contenido manifiesto
del poema, es siempre una transgresión a la racionalidad y la moralidad de la
sociedad burguesa. Nuestra sociedad cree en la historia y la poesía es, por
naturaleza extemporánea" ( Octavio Paz, " Sor Juana Ines de la Cruz o
Las Trampas de la Fe" )
(10)
En este sentido es historia abierta, que siempre puede enriquecerse, crecer,
cambiar. Incorporar otras relaciones, explorar otras interacciones, modificar
el foco. Una historia no congelada, más adecuado sería llamarla actividad
historizante.
(11)
Shakespeare se lamenta en el 1600 de esta mercantilización afectiva, la
reconoce sólo para vituperarla. Aún no se ha efectuado la
"naturalización" de esta forma de ver el mundo a la que que el gran
dramaturago inglés le endilga buena parte de las desdichas del Rey Lear.
(12)
La idea de un tiempo métrico no nació de un repollo. En ciertas historias de la
Ciencia parecería que Galileo concibió e
impuso una idea que era totalmente
novedosa y ajena a su época, sin embargo nuevas historiografías proponen
otra interpretación. La proto-idea de un
tiempo métrico ya estaba en germen en la práctica musical, materia obligatoria
de la educación de toda persona culta en el medioevo. La escritura de la música
polifónica exigía el desarrollo de un sistema simbólico para representar y
comparar las duraciones. Así nació la cronometría.
(13)
Nuevamente Galileo nos muestra su genialidad. El argumento de la torre era
irrefutable por su construcción. No tenía sentido buscar otras alternativas en
el mismo plano de análisis, sólo era posible saltar a otro mundo posible, es
decir a otro escenario conceptual tan válido empírica y lógicamente como el
anterior, pero que surgiera de premisas distintas, de tal manera que al pasar a
ese otro mundo, con un contexto diferente, el problema no se resuelve sino que
se disulve lisa y llanamente.
(14)
Los centímetros y los segundos no existen en la naturaleza sino mediante
nuestra producción conceptual de sistemas de medida y aparatos para
encarnarlos. Por otra parte, es importante destacar que los
"Patrones" de medida depositados en París, nunca fueron aceptados por
los ingleses ya que éstos tenían muy claro la necesidad de preservar sus
propias escalas. Hasta la actualidad los paises de habla inglesa continúan
utilizando sus peculiares sistemas de medida, para nosotros tan "complicados"
( Libras, pulgadas, grados Farenheit, galones, etc.)
(15)
También los términos que corresponden a "moderación" y
"meditación" poseen esta raiz común. Al respecto nos dice David Bohm
que "física, social y mentalmente, la conciencia de la medida interna de
las cosas fue considerada como la clave esencial de una vida saludable, feliz y
armoniosa " ( Bohm, 1980) (Agradezco los comentarios de Dr. Vul y el Dr.
A. Kornblith respecto de la etimología de nuestro término "Medir" que
proviene del Latin " Metiri" y que expresa nuestra concepción actual
de medida en relación a la comparación con un patrón externo. Los griegos, sin
embargo privilegiaron la idea de medida interna muy por encima de la de
"medida externa" a la que también desde luego conocían. La redacción
de mi trabajo "De EL TIEMPO a las temporalidades", es confusa a este
respecto y dió lugar a diversas interpretaciones que espero queden aclararadas aquí.)
(16)
Coordenadas Cartesianas en honor del inventor de la Geometría Analítica René
Descartes ( en Latín Cartesius)
(17)
El espacio para la física y la pintura, del siglo XVII y XVIII era concebido
según los lineamientos establecidos por la geometría euclidiana, pero que como
veremos luego puede ser pensado de muchas otras maneras.
(18)
La escuela "obligatoria" también es un invento de la modernidad. Sin
ella, hubiera sido muy dificil imponer el mito de la objetividad. En las aulas
escolares es, precisamente, donde aprendemos a objetivar, donde nos cuentan
cómo es el mundo, nos dicen lo que es
importante y cómo expresarlo. Desde esta perspectiva podemos decir que es la
educación la que "normatiza" nuestras percepciones.
(19)
Frederick Taylor fue uno de los pioneros de la teoría de dirección científica
de las organizaciones. La concepción mecánica fue el núcleo de la perspectiva
intelectual de este ingeniero americano, del que se ha dicho que fue " el
mayor enemigo del trabajador". En "Imágenes de la organización"
Gareth Morgan plantea que "(...) en las fábricas de producción en serie,
donde las ideas de Taylor constituyen la propia tecnología, convirtiéndose a
los trabajadores en meros sirvientes de las maquinas, siendo éstas las que
llevan el contol y marcan el paso del trabajo. ( Morgan, 1991)
(20)
Galileo publicó en italiano y Descartes en francés en una época en que los
filósodos lo hacía en Latin. No debe extrañarnos puesto que debían convencer a
sus contemporáneos de teorías muy alejadas del sentido común de la época. Por
lo tanto trantaron de llegar a un público
más amplio que el de sus pares. Cuando las concepciones del mundo de la
modernidad se naturalizaron y pasaron a llamarse descripciones, los científicos
ya no tenían que convencer a nadie y nuevamente produjeron lenguajes
herméticos, desapacionados y aburridos.
Respecto de los lenguajes "cerrados" nos dice M. Serres que son
" nocivos en la ciencia y en la filosofía, casi todas las palabras
técnicas no tienene otra finalidad que separar a los inicados de los excluidos.
(Serres 1991) Sólo los fundadores de doctrinas profundamente revolucionarias y
provocativas como Freud, escribieron en un estilo emocionalmente comprometido y
con una prosa atractiva y persuasiva. Tal vez por eso resulte particularmente
llamativo que muchos de sus seguidores
hayan adoptado una jerga incomprensible .
(21)
Aunque a muchas personas las pueda dejar perplejas es interesante constatar que
la eficiencia puede ser contraproducente. En contextos cambiantes o inestables,
la rigidez que exige la eficientización mecanicista ha llevado a la ruina a
muchas empresas, organizaciones sociales e individuos.
(22)
Al decir que la separación sujeto-objeto
era una verdad incuestionable me refiero a que para la mentalidad moderna es
tan obvia esta afirmación que nunca la pusieron en duda. Más que verdadera era
transparente pués nadie se cuestionaba su verdad.
(23)
El psicoanálisis fue una de las víctimas preferidas de los ataques de furia de
varios jueces epistemológicos, autoerigidos en tribunal inapelable entre los
que se destacaron nuestro compatriota Mario Bunge y Sir K. Popper.
(24)
von Forerster destacó la paradoja de los llamados " sistemas
auto-organizadores" que sólo pueden existir en permanente intercambio con
su entorno del que se nutren para organizarse.
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sin ella. Intercrítica de la ciencia y el mito." Ed. Tusquets, Barcelona,
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